Quarente Cuatre

1.4K 111 11
                                    




Cuando mencionas la prostitución en alguna conversación, probablemente las personas actúen contra nosotras, lanzando insultos hacía nuestra persona. Creo que a toda la sociedad le hace falta saber que muchas de nosotras estamos dentro de esto por obligación o necesidad.

Cuando tuve en mis manos la responsabilidad de cuidar de Jungkook, sentí que no podría hacerlo, pero no quise demostrárselo a mis padres porque sabía que me harían de menos. Así que hice todo lo posible, desde ser dama de compañía, trabajar en agencias donde solo se trata de vestirnos con ropa muy corta y ajustada para después colocarnos fuera de algún negocio por las noches. Estuve con muchos hombres, pero cada uno de ellos se trataban de personas muy adineradas, así que lograba conseguir mucho dinero en tan solo un día pero lo que hacía era realmente asqueroso.

Esta vez, me tocaba bailar frente a los demás hombres que bebían alcohol e ingerían sustancias tóxicas hasta que se olvidan de sus propios nombres. Dentro de este mundo, todo era peligroso. El hecho de ser mujer, es peligro.

Lamentablemente era así.

Siempre traté de mantener contentos a los clientes porque pensaba en mi hermano, quien me esperaba todos los días en casa. Sabía perfectamente que al salir de casa, era estar llena de temor porque no sabía si regresaría.

Arreglé mi cabello por milésima vez, mire mi vestimenta de pies a cabeza, utilizaba un traje muy lindo y brillante pero por supuesto que solo tapaba pequeñas partes de mi cuerpo. Cuando me levanté, le sonreí a las demás chicas que seguían maquillándose, en ese momento entró Kim Taehyung con su típico traje perfectamente planchado y de color negro con el cabello despeinado y una pequeña sonrisa burlona.

— Hana, disfrutare tanto tu espectáculo, espero que estés cerca de mí o las cosas entre tú y yo se van a complicar, cariño — Él jugaba con un mechón de mi cabello mientras lo miraba directamente a aquellos ojos que irradiaban maldad.

No dije nada, solo espere que se diera la vuelta para proceder a acomodarse en su lugar donde tuviera la mayor vista del baile. Soltando un gran suspiro, comencé a caminar hasta detrás de las cortinas en cuanto me comenzaron a presentar, todos gritaron al escuchar ml nombre y yo solo quería escapar de este lugar.

Ignoré que mis manos se encontraban un poco sudadas, debía olvidarme de eso y secarlas o no podría sostenerme bien del tubo.

El baile iba bien, muchos hombres al rededor soltando miles de dólares y wones sobre mí, capturé la mirada de Kim quien se encontraba recargado sobre su asiento mientras fumaba un cigarillo y me miraba seriamente, sin ninguna expresión en su rostro, a lo que él solo bebió de un solo trago de la copa que descansaba en la mesa, todo esto sin perderme la mirada.

Acabé mi baile, me felicitaron por ello, recogí lo que me pertenecía y sin más, guarde todo en mi maleta para después salir a tomar aire fresco por la parte de atrás del lugar, donde nadie me vería. Aunque para muchos sería algo muy normal, para mí, se trataba de un lugar especial porque podía respirar aire puro.

Últimamente las cosas entre esta red, han estado delicadas, parece ser que Hoseok cada vez se vuelve más estricto y molesto, en esta semana les han arrebatado la vida a tres compañeras, cuando no debería ser ninguna.

Algunas veces me pregunto si aquella noche lograré llegar a casa sin ningún rasguño, pero después las lágrimas caen por mis mejillas sabiendo que no es así. Pero prefería que me golpearan a que mi hermano nunca vuelva a saber de mí.

Limpié rápidamente los rastros de lágrimas y entré al lugar, me topé con Hoseok quien apretaba fuertemente las mejillas de mi amiga, en ese momento, quise defenderla pero ella me hizo señas con sus manos, dando a entender que debía irme.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 11, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Break Off | KTH Where stories live. Discover now