𝐶𝑂𝑁 𝐸𝐿 𝑃𝐴𝑆𝐼𝑉𝑂 𝐸𝑁𝐶𝐼𝑀𝐴.

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Con todo y su bonita relación, nuestra pareja protagonista hace varios cambios en su vida que con lleva cambiar de un lugubre departamento a una casa de ensueño con un jardín precioso en una de las calles a espaldas del turístico centro de la cuidad, la casa conserva la frescura de lo nuevo y con ello, la pareja se despide del conductor del camión de despensa con un apretón de mano para que este realice su largo viaje de regreso.

Ambos entran a la casa y aún sin decir palabra alguna, empiezan a decorar su ahora hogar con los pocos muebles que pudieron comprar en los tiempos de ese departamento que era angosto, chico en altura y sucio por más que lo limpiaran, más sin embargo eso no los detuvo, trabajaban por áreas separadas sin hacer ruido para hablar o para comentar algo, aún eran prometidos pero ya habían compartido saliva y fluidos que los hacía más que novios íntimos.

Al momento de terminar ambos terminaron enfrente del baño que siempre quisieron ver cómo estaba en ese momento: lo deseaban como un baño completamente blanco, con varios accesorios como un compartimento para cada quién y, por supuesto un baño más amplio y con decorados en la cortina y espejo del mismo. Decidieron bañarse juntos compartiendo algunas sonrisas y asombros por ambas partes sobre el uso del baño, pues antes no estaban muy acostumbrados a usar completamente el baño, al momento de que Kokichi abrirera la manija de el agua el contrario se acercó más a su opuesto para que ambos sintieran en agua recorrer su desnudo cuerpo de una manera relajante y limpia.

Aunque tardaron unos minutos en el baño, minutos en los que se querían quedar ahí, porque Shuichi le enjabono el cabello al contrario y le dió un pequeño masaje que más temprano que tarde tuvo que terminar. Fué entonces cuando se vieron recostados en su cama; ahora matrimonial y más amplia, a diferencia de la anterior que tenían pues ahí solo cabía uno y Shuichi se ganaba la mayor parte del largo gracias a su altura.

Cuando ambos se recostaron en su ahora gran cama, se relajaron mientras hablaban de lo emocionados que se encontraban con su nueva casa, sus nuevos muebles, y el nuevo aspecto que había tomado su vida, en esos días hacía mucho calor por lo tanto, el de ojos morados se quiso quitar la ropa por cuestiones de sudor lo cuál su contrario notó de inmediato.

- Pero- Kokichi, ¿Por qué te quitaste la ropa tan rápido? - Preguntó en estado de shock avergonzado.

Tras voltear a ver a su contrario el antes mencionado le contestó con voz quejosa y un poco atractiva para su pareja.

- ¿Qué acaso no tienes el calor Shumai? Aparte estoy en mi nueva casa, no es como si es la primera vez que me ves desnudo por más que actues de ese modo.

A Shuichi ya no le quedó de otra más que aceptar la situación, pues sabía que al final su contrato estaba en lo cierto, más de una vez había disfrutado y deleitado el cuerpo ajeno pues le gustaba que guarde en partes escenciales ese tono rosado pasándose a rojizo en otras partes más delicadas, haciendo contraste con la piel pálida que el contrario aguardaba y, aunque la de él fuera de un tono casi semejante a la de él, no era lo mismo.

Aunque Kokichi no obtuvo respuesta decidió seguir con la conversación anterior antes de que alguno cambiaste el tema, así desaprovechando la oportunidad que iba a consumar a continuación.

- Muy aparte Shumai, aunque acabamos de llegar aquí para ser sincero... Quisiera estrenar esta cama...

- Mmmh, ¿Estrenar? - Con tono curioso, el detective trató de adivinar aquella indirecta que indicaba lo obvio.

Cuando el contrario divisó el primer músculo que daba lugar a la expresión de curiosidad contraria, tomó impulso y se colocó encima de su prometido, abriendo las piernas a la altura de la cadera del contrario a quien ahora montaba.

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