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...

Todos estábamos en el aula, esta vez coincidíamos en la misma.
Después de haber estado un tiempo sin clases de lenguaje debido a la muerte de la profesora, encontraron a una sustituta y empezó por explicarnos la "importancia de las comas", algo bastante importante para algunos...

Cuando salimos, Riki pareció muy conmovido por la clase ya que no pudo parar de hablar de toda ella y, por supuesto, añadiendo su toque especial.
Nos encontrábamos en el patio cuando empezó a enfatizar en el tema.

- Las comas son muy importantes, en realidad. - puntuó -. Por ejemplo...

- A ver lo que dice. - intervino Jay sin muchas esperanzas de que fuera algo normal.

- Silencio. - le calló Riki con sus brazos a los lados, como si fuera a decir algo realmente genial -. Escuchad atentamente estas dos frases: Voy a comer, abuela. Voy a comer abuela. - Hizo una pausa viendo nuestras caras con sonrisas apareciendo -. ¿Entendéis lo que digo? Son imprescindibles porque en una parece que estoy diciendo que me comeré a una abuela.

- ¿Y eso te resulta raro teniendo en cuenta la cantidad de cosas que has dicho ya, sobre eso? - preguntó Heeseung.

Incluso él, que se acababa de adaptar, ya lo sabía. Era algo icónico de Riki, que le marcaba.

- Sonaría aún más turbio si cambias "abuela" por "niños". "Voy a comer niños"... - dijo Jungwon de repente, mirándonos, con tono misterioso.

Ese chico no podía decir cosas más extrañas, era imposible.
Sin embargo, entre Jungwon y Riki nos hacían reír a todos.

- Riki es como las Imeras, a ellas las nombran y aparecen. Nombras a tu abuela y aparece Riki. - Habló Sunoo, lo dijo de un modo que pareció una observación.

Desde luego que aquel era un lugar muy diferente y estaba hasta feliz por ello, en cierto modo. Había hecho amigos con el humor igual de dañado que el mío.

...

Después de la curiosa charla con todos, volví a mi cuarto para practicar la telequinesis... En vano. No podía creerme que no me saliera aún. Todo me había resultado muy fácil, y mover objetos con la mente no parecía algo excesivamente complicado al pensarlo, pero sí que lo era.

Para distraerme de alguna forma, pensé que una buena opción sería recoger almas para poder averiguar cuanto antes de qué se trataba la maldición. Quería empezar de una vez, ya que cuanto antes lo hiciera, antes tendría la posibilidad de dejar de estar cada vez más confundida. Si bien parecía que la inmortalidad había anulado sus efectos, quería saber de qué se trataba la maldición al completo, y después empezaría por saber quién me maldijo y en qué momento de mi vida. Así, podría averiguar por qué lo hizo.

Salí de mi cuarto con la bolsa para guardar las almas y supe que, yo sola, no podría hacer nada. Es por eso que me teletransporté al cuarto de Sunghoon, ya que lo recordaba.
Si bien podría haber visto algo que no debía, no fue así. Tan solo estaba sentado dibujando en un papel.

- ¿Qué pasa? - Preguntó al verme, girando la silla con ruedas.

- Me apetece capturar algunas almas. - sonreí cómplice mientras apoyaba mi brazo en el respaldo de su silla.

Sunghoon me devolvió la sonrisa y se levantó, parecía feliz de deshacerse de su aburrimiento.

- Espérame fuera. - me dijo.

Salí hacia la puerta de su cuarto como me ordenó y esperé tan solo unos segundos. Cuando apareció a mi lado, lo hizo junto a Jay. Lo más probable es que le hubiera llamado yendo hacia su cuarto.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓Where stories live. Discover now