Capítulo 5

6.1K 422 12
                                    

-No quiero ir a esa fiesta.

-¡Vamos! Hace tiempo que no sales con nosotros.

-No hay qué celebrar.

-¿Cómo que no? Salimos de ese bombardeo de pruebas y en todas te fue bien.

-Fabián, no vas a convencerme. Te voy a colgar.- Dije riéndome.

-No lo hagas.

-¿Por qué?

-Nicol, vas a ir a esa fiesta, cueste lo que cueste.

-Veremos.- Colgué.

¡Vivan los lunes!

A quién engaño. No amo los lunes, los odio.

El viernes hay una fiesta que según mis amigos, estará imperdible, y a la que me quieren obligar a ir, pero yo no quiero.

Razón número uno: Fiesta que voy, fiesta que me emborracho. Excepto las familiares.

Razón número dos: En la última fiesta que fui, mis grandes amigos me grabaron borracha. No quiero saber qué hicieron con ese video, pero algunos de la carrera me miraban raro al día siguiente.

Y razón número tres: Muchos van a ir. Y por 'muchos', me refiero a cierto joven de ojos verdes y pelo claro que me ha transtornado desde hace un tiempo a la fecha. He estado evitando encontrarme con él en todo el día, y para mi suerte, no lo he visto. No obstante, no debo cantar victoria antes de tiempo, pues 'todo el día' se reduce a las once de la mañana. No creo que eso sea un día muy largo.

Ingresé al aula sin querer hacerlo realmente.

El profesor llevaba hablando una hora cronometrada de lo importante que era la física en nuestras vidas, de fórmulas y una cantidad exorbitante de números. Y yo, como la buena estudiante que era, no entendía media palabra de lo que me decía.

Resignada a no entener la física, escapé del aula sin siquiera excusarme con el profesor. Tomé mis cosas y me fui queriendo vomitar números.

Decidí hacer algo un pelín más productivo.

-Nicol, ¿Vienes a ensayo? Llegaste temprano, ¿Eh? Aún queda media hora.

Asentí al profesor Díaz.

-Lo sé, si está ocupado, puedo volver más tarde.

-¡Que vá, niña! ¡Quédate! ¡Quédate!- Su entusiasmo era preocupante. Me acerqué a él y ví que tenía muchas canciones y partituras sobre la mesa.- Estoy buscando qué canción darle al nuevo.

-¿Al nuevo?

-Sí, un integrante nuevo, pero no llega hasta la próxima semana. ¿Qué te parece? Cada vez nuestra familia de músicos se hace más grande.- Me reí por los términos utilizados por el profesor.

-Claro.- Dije y me fui hacia un rincón, donde más tarde, llegó Alonso.

-Hola, linda, ¿Qué tal?

-Alonso, pues nada, aquí ensayando.- No sé por qué, pero no pude evitar preguntar.- ¿Viniste solo, verdad?- Él me miró extrañado, pero fingí que no lo notaba.

-Sí. Cambiando de tema, creo que ya tengo la canción.- Me tendió una carpeta y la cogí. Leí la letra de ésta. La había escuchado, creo. La letra era un poco sugerente, y era romántica, claro. Alonso dejaba clara sus intenciones con ella.

-Creo que... deberíamos preguntarle primero al profesor.

-Eso está arreglado. Ya hablé con él. Dijo que era perfecta, pues el tema del acto es el romance.

Ladrón de corazonesWhere stories live. Discover now