LAST PARTY

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La casa de Sebastián estaba llena de gente, la mayoría de los estudiantes habían ido para celebrar la victoria en el partido, aunque muchos de ellos no habían asistido. En realidad la celebración era una excusa para hacer una fiesta.

La familia de Sebastián tenía una buena posición económica, lo que le permitía al joven hacer fiestas masivas en alguna propiedad de su familia o llegar al colegio en un auto último modelo. Aunque tenía dinero, no era un mal chico, era amable, inteligente y divertido, además era atractivo. Muchas chicas en el colegio lo perseguían, así que por una u otra razón se fue haciendo popular.

Luisita había llegado con el resto del equipo y no habían pasado de la entrada porque todos se acercaban para felicitarlas aunque no las conocían, era una mezcla del alcohol que ya habían ingerido y de celebrar los resultados del partido. La rubia intentaba escaparse del grupo de chicos empeñados en llevarles bebidas y bailar con las estrellas de la noche. Cuando logró  zafarse del abrazo de un chico un poco más alto que ella fue lo más rápido que pudo al interior de la casa a buscar a Sara. Sabía que no iba a divertirse mucho pero al menos podría estar en paz un rato, iba a irse temprano de allí, no tenía muchas ganas de estar en una fiesta con un montón de desconocidos.

Llegó hasta lo que en otro momento era la sala de la casa de Sebastián. Habían movido los sillones hasta el borde del espacio, la televisión incrustada en la pared reproducía una serie de patrones de colores que cambiaban con la música y debajo de esta, un equipo de sonido con los últimos éxitos nacionales e internacionales.

Se mezcló con las personas que usaban el espacio como pista de baile, intentando esquivar a los que se acercaban para decirle algo y contestando lo más rápido que podía cuando no lograba escapar.

Llegó a la cocina, que hacía de barra de bar para los presentes. Habían colocado altas torres de vasos de plástico, botellas de refresco y de alcohol, lastras de cerveza y de bebidas premezcladas. También bolsas de diferentes botanas, algunas colocadas en platos y otras aún sin abrir. Incluso un par de cigarrillos que probablemente alguien había olvidado ahí. Luisita tomó un vaso y lo rellenó con refresco, decidió esperar ahí un rato, a ver si su novia o alguien conocido se acercaba a rellenar su vaso.

Unos minutos después, decidió buscar en todas las zonas abiertas de la casa, para regresar a la barra al no encontrar rastro de Sara. Intentó llamarla pero no respondía y tampoco leía los textos que le enviaba. Las chicas del equipo se habían dispersado hacía un rato y no le apetecía socializar con la gente que no conocía. Decidió esperar unos minutos más antes de llamar a su hermana María para que la recogiera y la llevara a casa.

No tenía idea de cuántas bolsas de frituras había, pero suponía que si seguía esperando ahí, iba a terminar con las existencias de toda la fiesta. Tampoco sabía qué más hacer, Sara no había pasado por la barra en todo el rato que llevaba ahí, solo veía desconocidos con los que era difícil mantener una conversación entre la música y el alcohol que ya afectaba a varios. Y cuándo se había acercado Estefanía, que nunca se separaba de ellas en las fiestas, había dicho que no había visto a la pelirroja y prácticamente había huido de Luisita.

Si estaba esa noche ahí, era porque había aceptado ir para evitar más peleas con Sara, se suponía que celebrarían juntas. Normalmente no discutían, pero últimamente su novia intentaba iniciar una pelea cada vez que ella insinuaba que estaría con Amelia, o en cualquier lugar en el que podría encontrarse con su amiga de rizos.

La última pelea, por la fiesta y la camiseta del equipo, la había visto Amelia desde su ventana. Luisita había aceptado ir, pero después de hablar con Amelia se había quedado con ganas de pasar la noche con ella, como siempre, y más después del "casi beso", aún estaba pensando si lo había imaginado o si la morena de verdad pensaba besarla.

Ya había llamado a María cuando alguien se le acercó.

-¡Luisita! No sabía que estabas aquí- dijo una chica alta de cabello oscuro que la rubia conocía muy bien- Mira, Este es Mateo, mi novio. Mateo, Luisita, ella es la mejor amiga de Amelia, la chica con la que actúo en la obra escolar- Los presentó la chica.

-Hola Marina. Mucho gusto Mateo- Luisita no estaba muy cómoda hablando con aquella chica, no sabía porqué, pero desde que Amelia las había presentado, no le gustaba.

El chico se alejó un poco de ellas para servir un par de bebidas para él y Marina, lo que aprovechó para cuestionar a Marina.

-¿De verdad es tu novio?- preguntó sin pensar.

-Si, llevamos un par de meses saliendo. Nuestros padres trabajan en la misma oficina y nos conocimos en un evento de la empresa- Marina sonreía mientras contaba su pequeña historia de amor

-¿Y Amelia?- Luisita había visto cómo la trataba Marina y estaba muy segura de que quería ser más que la nueva amiga de Amelia. Y si tenía novio no iba a permitir que engañara y lastimara a Amelia. Y se lo iba a dejar muy claro

-¿Lo dices por la obra?- Marina no entendía la pregunta de Luisita, y mucho menos su tono enfadado - Amelia sabe que tengo novio, además es solo un personaje y ni siquiera hay mucho contacto. Yo sé que a ella le gustan las chicas, pero tenemos claro que somos amigas-

Luisita pareció conformarse con la respuesta y se relajó un poco. Marina no parecía ser tan mala como había pensado en un inicio.

-Vale. Solo no quiero que la vuelvan a lastimar-

Marina la miró de una manera extraña, luego una pequeña sonrisa apareció en su cara "¿Se está riendo de mí?"

-Entiendo que quieras proteger a tu amiga, pero créeme, no tienes porqué preocuparte, el camino está libre-

Luisita decidió obviar el último comentario y comenzó a ser más amable con Marina. Se alejaron de la música alta y comenzaron a hablar los tres. Descubrió que Marina y ella compartían varios intereses y que Mateo era un chico divertido.

Después de un rato, Luisita avisó que se iba, su hermana había llegado a recogerla, sus nuevos amigos decidieron que también era momento de irse, así que los tres hicieron el recorrido hasta la entrada principal.

Habían llegado cuándo Mateo se dio cuenta de que había dejado su chaqueta olvidada. Regresó a por ella y las chicas salieron al jardín para esperarlo. Luisita estaba buscando el auto de María para decirle que esperara unos minutos cuándo las vio.

Estaban detrás de un árbol. Primero pensó que se estaba confundiendo, pero al acercarse un poco más logró distinguir el rojo del cabello de Sara y la camiseta azul que llevaba en el partido.
Ya no había ninguna duda. La pelirroja que estaba besando a otra chica era su novia.

-¿Sara?- Esa palabra bastó para congelar la escena
-Sara, ¿qué haces?- Luisita empezaba a enojarse, las lágrimas empañaban sus ojos y se le quebró un poco la voz.

Cuando su novia se giró a verla, Luisita quiso gritar, pero no tenía voz para eso.

-No es lo que piensas Luisita, de verdad- empezó a explicar Sara

-Mejor no digas nada- la rubia se dio la vuelta y comenzó a caminar antes de empezar a llorar, no quería que la vieran llorando.

Sara la tomó del brazo, reteniéndola
-Espera, déjame- Luisita se soltó bruscamente antes de que terminara de hablar y entró en el auto de María lo más rápido que pudo.

-Luisita, ¿qué pasó?- preguntó su hermana que había visto parte de la escena de lejos.

-Pasa que soy idiota y mi novia me engaña con su "amiga"- estaba al borde de las lagrimas, pero su voz sonaba enojada

-Vamos, te llevo a casa- Simplemente arrancó el coche y tomó el camino a casa de sus padres, ese fin de semana lo pasaría ahí.

Luisita estuvo callada todo el camino. No lo podía creer. Sara le había jurado mil veces que esa chica era solo una amiga. Además se sentía una idiota. De seguro no era la primera vez que pasaba y todos lo sabían menos ella. Sus supuestos amigos eran testigos de cómo al final de cada fiesta su novia se iba con otra chica.
Se sentía como la burla de todos, una ingenua que creía que su novia la quería de verdad. Estaba enojada, triste, sorprendida, se sentía traicionada y ridícula. Quería gritar y llorar. Quería hacer ruido y apagar todo a su alrededor.

Evidentemente no estaba bien, su primera relación y la habían engañado.

You Belong With Me (Luimelia)Where stories live. Discover now