Capítulo 22. Christian.

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Mierda.

¿Cómo es que siempre acabo envuelto en sus jodidos líos?

Apenas ayer estaban hablando de una ceremonia doble y hoy están todos en mi departamento, discutiendo ideas descabelladas e imposibles para una ceremonia demasiado pequeña.

—¡Y una torre con copas de cristal! —chilla Luke—. Quiero una de esas, pondré la champaña desde arriba con una escalera.

Lay pone los ojos en blanco con fastidio, pero es su culpa por ofrecerse a planear la boda de Sawyer. Es toda una reina con los detalles.

—No es buena idea tener copas de cristal y niños en el mismo lugar —Ethan, la voz de la razón habla—. En todo caso, tendrían que ser de plástico.

—Eso no es elegante, viejo. Mejor pongamos a los niños en una habitación diferente.

Si, claro. Cómo si su esposa y la mía quisieran mantener a sus hijos fuera de su vista.

—Bien, alto ahí —Lay extiende las manos hacia ellos para que se callen—. Hablaré primero con la planeadora de bodas, que no debería tardar en estar aquí, y veremos qué es posible.

Miro mi reloj rápidamente, solo para asegurarme que aún es temprano y no puedo beber de mi whisky según las nuevas reglas de Ana. Estoy tratando de ser más saludable.

No está funcionando, pero lo intento.

El teléfono del departamento suena en la cocina, y Ana se acerca a contestarlo. Me hace una seña para que sepa que alguien llegó, que debe ser la mujer que Leila espera.

Abro la puerta para encontrar a una mujer de rizos oscuros con una carpeta en los brazos.

—¿Señor Kavanagh?

—No —corrijo rápidamente—. Soy Grey, Kavanagh y Williams están ahí.

Le hago una seña para que avance y se dirije primero a la sala donde Et, Lay y Luke están sentados.

—¿Señorita Rodríguez? —Leila se pone de pié para estrechar su mano—. Soy Leila, la hermana de Lidia. Ellos son Ethan Kavanagh y Luke Sawyer.

La chica estrecha la mano de Ethan, luego gira hacia Luke, que se pone pálido al instante.

Ay, jodida mierda.

—¡Luke! —regaña Lay, intentando salvar la situación—. Lo siento mucho, él no quiso decir eso.

Pero Sawyer sigue mirando a la chica, con los ojos muy abiertos y el rostro muy pálido. Lo que solo puede significar una cosa.

—¿Se conocen?

Señalo entre ambos, atrayendo la atención de los demás, incluida mi Cerecita.

—Si —dice la chica mientras Luke dice No.

Ana da un paso adelante.

—Soy Ana Grey, ¿Tú eres...?

—Ali Rodríguez, la planeadora de bodas —estrecha la mano de Ana—. Es un gusto estar aquí.

Mi esposa sonríe y señala el sofá junto a Lay para que se siente, luego gruñe unas palabras hacia Luke.

—Tú. Cocina. Ahora.

Leila e Ethan miran con confusión la escena, pero si esto es lo que creo que es, será interesante. Voy detrás de mí esposa y mi mejor amigo hasta la cocina.

—¿Luke? —Ana lo mira con los ojos entrecerrados—. ¿De dónde la conoces?

Sawyer estira el cuello de su camisa como si eso aliviara la presión del ambiente. Idiota. Voy a sentarme y ver al puto karma patearle el culo.

—No me estoy sintiendo bien. —responde, obviamente no la correcta para mí esposa.

—Te sentirás peor cuando llame a Becca y le diga lo que creo que ocurre.

Mierda. —balbuceamos él y yo.

No quisiera estar en los zapatos de Luke.

—¡Bien! ¡La conozco de antes! —obviamente—. Se lanzó sobre mi y salimos una vez, tuvimos sexo, lo típico.

Las cejas de Ana se fruncen un poco más.

—¿La mujer que planeará tu boda es tu ex amante?

—Eso dijo, nena. —ayudo a clarificar las cosas.

—Dios mío —se golpea la frente con la palma de la mano—. Bien, estas son las opciones. La despedimos ahora o se queda, pero Becca tiene qué saberlo.

Le toma dos segundos a Luke girarse hacia la chica.

—¡Estás despedida! ¡Sal de aquí ahora, Ali!

La chica luce confundida, mostrándole a Lay y a Ethan un montón de telas y colores, lo que supongo es mantelería. Su gesto cae y se pone de pié.

—¿Por qué? —chilla y Leila también se pone de pié, luego Ethan—. ¿Es porque tuvimos algo?

Sawyer gruñe, agitando sus manos al aire. Leila cruza los brazos sobre su pecho y pone los ojos en blanco.

—¿De verdad, Luke? ¿Lo hiciste? —cuando el idiota no responde, Leila también suspira—. Lo siento, señorita Rodríguez. Entiendo si es incómodo para ti...

—No lo es —la chica agita su cabeza—. Yo puedo hacer esto sin problema, aunque él me haya dejado y se acostara con mis amigas.

¿Qué?

Las cejas de todos se disparan en nuestras frentes por la sorpresa. Aunque no debería serlo puesto que este es Luke, piensa con su pene la mayor parte del tiempo.

—¡No te dejé! ¡Era solamente una cita! —grita más fuerte Luke—. Y te recuerdo que fuiste tú quien me sedujo cuando yo salía con tu otra amiga.

Un jodido momento, ¿Ella es quien creo que es? ¿Una de las chicas de ese club de baile?

—¿Perteneces al club de baile al que va la señora Sawyer? —pregunto, atrayendo la atención de mis amigos.

—Si. Pero les aseguro que eso no tiene nada que ver con esto. Soy una profesional, la mejor en mi campo. Si debo casar a este... —lo mira de arriba a abajo—... Señor, lo haré. Será una hermosa boda.

Leila suspira, gira para mirar a Et y niega levemente con la cabeza. Supongo que esperaba contar con la ayuda de esta chica, pero lo de Luke ha complicado las cosas.

—Tranquilos todos, podemos resolverlo —Ana se mueve hasta quedar en medio de todos nosotros—. Eso ya es pasado y Luke ha aprendido de sus errores, ¿Verdad, Luke?

—¿Si? —balbucea.

—Si, —Ana no admite su duda—. Podemos mantener esto estrictamente profesional, haremos las planeaciones y vamos a contarle a Becca porque esto es algo que ella debe saber. Todo estará bien.

El silencio es tan extenso que escuchamos cuando el ascensor timbra, luego la puerta es abierta. La sonriente prometida de Luke nos saluda.

—Siento llegar tarde, tuve qué atender a un proveedor cuando estaba por salir y —se detiene cuando nos mira—. ¿Qué ocurre?

Nuestro (Mío #4)Where stories live. Discover now