Me Equivoqué, Perdóname | Libro #2 | CR. ✔

Capítulo 14

No quería mostrarse renuente ante la situación, eso sería un golpe fuerte si se reusaba a creer que tenía una posibilidad, se estaría mintiendo conociendo la verdad. Lisa estaba pasando por el parteaguas de su vida, ¿Debía rendirse y dejarle el camino libre para revivir ese amor? ¿Qué era exactamente lo que debía de hacer? No estaba lista para soltarlo, le faltaba algo para poder unir las piezas y darse cuenta de que estaba atravesada en un destino que no tenía nada que ver con ella, a lo mejor requería que le destrozaran el corazón por completo para entenderlo, ¿Por qué era tan complicado asimilarlo?

Claro, estaba enamorada.

Luego de salir de la tienda en compañía de Taehyung, prefirió irse a casa a esperar y ver la cruda existencia de los hechos, desesperada y angustiada, volvió para llevárselo, no quería perderlo, así que, pensando mejor, le pidió a Tae que la llevara de vuelta, puesto que no tenía por qué arriesgar algo cuando lo demás ya ni era seguro, pero ni eso le impidió liberar un poco de su dolor, encerrarse para llorar en silencio y lamentar le ayudaba a no sentirse tan miserable.

No había podido pegar ojo en toda la fría noche, su cabeza estaba muy ocupada pensando en todo lo que había ocurrido con esos dos, haciendo ataduras que la dejaban fuera de juego, estaba deseosa de saberlo ya, o empezaría a arrancarse el cabello de la desesperación. Luego de ese día, Jeongkook empezó a comportarse algo extraño, no había mencionado nada de lo sucedido, por lo que se la pasó mortificad, ya no se sentía el calor del chico a su lado, la penumbra helaba su cuerpo y la hacía sentir insegura, nunca, desde que vivían juntos, se había sentido de tal forma, Jeongkook llenaba esos vacíos muy bien, pero ahora, donde quiera, había fugas, hoyos que dejaban salir todo eso que le ofrecía.

Con los ánimos por el suelo salió de la cama, sobre todo, para aparentar que todo iba bien, Jeongkook había salido muy temprano, por lo que no quería que su prometido la viera mal y se enterara de que tenía algo que ver con el suceso, no le agradaba nada mentirle, pero no tenía de otra, de cierta manera, sentía que debían ser las cosas así. Primero se dio una ducha para quitarse toda esa pesadez que la falta de descanso le reclamaba, no tenía mucho por hacer, echó un vistazo a su alrededor y todo le era fúnebre, incluso, ni la luz se colaba por los grandes cristales, pero un día antes, Tae le había escrito para invitarla a salir, lo cual la hacía sentir más aliviada.

Estando fuera de casa, Lisa encontró un poco de serenidad, ya no se sentía agobiada o frustrada, la compañía de Tae le había servido para olvidarse un poco de lo que pasaba a su alrededor, pero no quería decir que estaba feliz con ello, solo quería despejar su mente y no pensar más, sin embargo, desde que se encontró con él, sintió algo raro, un sentimiento extraño se albergó en su estómago y la llenó de preocupación.

— No me siento bien, Tae. —un revoltijo le provocó cierta molestia— Creo que vomitaré.

— ¿Segura?

— Sí, una corazonada me dice que algo no anda bien.

Sería que... ¿Tendría algo que ver con lo que dejó en su casa?

— No debí aceptar. —el arrepentimiento se notaba en sus palabras, pero era tarde para quejarse— ¡Nunca debí hacerte caso! ¡Me siento una estúpida!

—Suspiró— ¿Es por lo de aquella vez? Entiendo cómo te sientes, y lamento haberte pedido ese favor, pero era necesario.

Estaba desecha y nada la haría cambiar de opinión, la culpa que ella sentía no se podía olvidar o hacerse a un lado de manera fácil, era con algo que siempre cargaría, al menos hasta desahogarse y remediarlo, pero, por lo visto, no planeaba dar su brazo a torcer, quería dar la última batalla antes de vencerse y aceptarlo.

— No es toda tu responsabilidad. —inquirió— Jeongkook fue tu secuaz en esto y debe hacerse cargo.

—Con el nudo en la garganta no soportó el llanto— ¿Por qué no me enamoré de alguien más?