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Las cosas pueden cambiar de un momento a otro, no hay que ser un genio para saberlo. Un segundo estás riéndote con tus amigas sobre los celos de una y al siguiente en la sala de espera del hospital.

Normani no dejaba de dar golpecitos con el pie y eso no mejoraba la situación. Pero sabía que de alguna forma debía liberar estrés, así que no me quejé.

Una doctora entró mirando con atención su cuaderno. A continuación levantó la vista.

-¿Acompañantes de Karla Camila Cabello?

-¡Somos nosotras! -Normani se arrojó de su asiento.

-Que sólo una venga conmigo, por favor.

-Pero...

-No importa, entra tú. -le di un pequeño empujoncito. -Esperaré aquí, no me moveré.

Y cuando crees que el tiempo no puede pasar más despacio, ¡boom! la vida te sorprende. Para mi suerte, o desgracia, una niña pequeña se sentó junto a mí y me contó su día. Su madre me observaba en la silla de al lado de reojo, supongo que para evitar que cogiera a la niña en brazos y saliera corriendo con ella. No, señora, gracias, soy muy joven para ocuparme de una come mocos aún.

Decidí airearme un poco al menos saliendo al pasillo del hospital. Una hora después, Camila y Normani salieron de una habitación no muy lejana, esta última tomo su brazo y lo paso por detrás de su cabeza para ayudarla a caminar. Fui hacia ellas y en silencio arreglamos papeles en recepción.

-¿Qué te ha dicho? -pregunté a la morena una vez fuera del edificio. No creo que Camila tuviera siquiera fuerzas para responderme.

-Ha perdido bastante sangre y hemos hecho bien en traerla a dos ruedas. Simplemente hay que desinfectar la herida cada noche.

El motivo de que hubiésemos llegado hasta aquí era que mientras terminábamos de merendar, inesperadamente Camila había destrozado, literalmente, su vaso contra la mesa, como si se tratase de una lata. Los cristales se expandieron y se clavaron a lo largo de su mano y muñeca y empezó a sangrar como nunca antes he visto sangrar a nadie en mi vida.

No era momento de preguntas, ya vendrían después. Finalmente una vez en casa la acostamos y fuimos al salón. Normani no paraba de dar vueltas.

-Mierda, mierda, mierda.

-Eh, -coloqué una mano en su hombro para tranquilizarla. -calma, ya está bien.

-No estoy nerviosa por eso, Lauren. He cometido un error. Camila va a matarme cuando despierte...

-Me estás asustando, qué has hecho...

-El hospital donde la llevamos es bastante caro y no estoy bien de dinero sabes y tampoco quería exprimirte a ti así que para pagar di el número telefónico de sus padres para que se pusieran en contacto con ellos y se hicieran cargo de la cuenta; Ya sabes que el dinero no es un problema para esos... tontos.

-Entiendo, y Camila no quiere usar su dinero, supongo, ¿no?

-Ese es el menor de los problemas. Ahora saben lo ocurrido y seguramente vendrán a visitarla... no me extrañaría que apareciesen aquí hoy mismo.

-¿Quéeee? -la morena se llevó las manos a la cara.

-Lo sé, lo sé, la he cagado y mucho. -las aparté.

-Camila lo entenderá.

-Camila no entiende nada cuando se trata de sus padres, se le nublan las ideas y entonces sí parte cosas de verdad.

-Me la llevaré a un hotel.

-¿Estás loca? No, los enfrentaremos y punto. No he pagado el hospital erróneamente para que tú ahora gastes dinero en una habitación de hotel.

-Pero es malo para su salud verlos.

-¿Sabes por qué es tan débil? PORQUE NO SE ENFRENTA A SUS MIEDOS Y PROBLEMAS. Tendría la mitad de ataques si no fuese por la vida con la cabeza agachada la mitad de las veces.

-Ten paciencia, ¿vale? -fruncí el ceño.

-Sabes que tengo razón, sólo te molesta que la presione porque es débil. -suspiré. Llevaba toda la razón.

-Había pensado venirme a vivir aquí antes de que llegaras. De hecho incluso tenía ya un comprador, pero te adelantaste. Esa chica me preocupa como nadie, ¿entiendes? La conozco hace apenas cuatro meses y mataría por ella. Es mi cubanita, mi Mila, mi petarda.

-¡Ven a vivir con nosotras! -la idea me fascinó. El trío calavera viviendo junto.

-¿En... en serio? Esto es ajustado para las tres.

-¿Bromeas? ¡Hay espacio para una cama más y un culo en el sofá! Vamos, vamos, vamos. -empecé a brincar. Normani ponía cara de pensativa, pero sabía que lo tenía más que decidido.

-¡YAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSS!

Ambas empezamos a saltar con las manos cogidas y dando vueltas, olvidando completamente que la chica de la habitación dormía, no por mucho más tiempo.

-¿Podéis hacer menos ruído? -apareció tras nosotras con cara de pocos amigos.

-¡Pero me mudo con vosotras, Mila! -la agarró a ella e imito la celebración que hicimos. Camila se despertó totalmente y abrío los ojos sorprendida.

-¿EN SERIO? -apretó a Normani como si fuese una almohada. -BIEN, BIEN.

-Esto será grande. -comenté.

El timbre interrumpió nuestra celebración. Intercambiamos miradas, podía ver tensión en ella. Camila caminó alegremente hacia la puerta. Normani me hizo señales para evitar que fuese la encargada de abrir, pero ambas estábamos congeladas y nadie pudo evitarlo.

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SUBO ESTO PARA MOTIVAR EN LAS VOTACIONES DE LOS RDMA, VAMOS, VAMOS, NOSOTRAS PODEMOS, IMAGINAD SI GANAN 3/3 LO FELICES QUE ESTAREMOS INCLUÍDAS ELLAS. LEED EL CAPÍTULO, REDBULL Y A SEGUIR DÁNDOLE. ÚLTIMO DÍA.

Resuélveme (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora