Capitulo 7

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-¿Ese es Pablo?

Tomás asintió.

-Es él... dentro de unos diez años.

Marizza no preguntó nada, no se podia creer que ese hombre vestido con traje fuera SU Pablo.

Estaba más encorvado, su pelo rubio se veía más oscurecido y lo llevaba muy corto.

Incluso le había parecido ver un rastro
de barba y bigote.

Lo siguió hasta el colegio y allí, una vez
él se hubo parado en la entrada, se situó frente a él para observarlo con curiosidad.

No hay duda de que es él, sus ojos azules penetrantes siguen siendo iguales. Sölo hay algo que me extraña..

-Serán las arrugas incipientes, el traje, el peinado, se me ocurren muchas cosas, Marizza..

-No es nada de eso, es su esencia.

-Oh por favor, qué quieres decir con "su esencia"? - imitó la voz de Marizza.

-Su expresión no es la misma.

-Han pasado diez años, qué esperabas?

-No lo sé, sólo sé que hay algo que no me encaja. Qué hace en el colegio?

-¿Es que no te lo imaginas?

-¿Trabaja aquí ahora? Ha seguido los pasos de su padre y se ha convertido en un intendente corrupto con ansias de
controlar colegios de élite?

Tomás no pudo evitar reirse.

-Tu futuro no lo tendrías muy claro, pero veo que sí el de Pablo... Pero estabas y estás equivocada, nada de eso que has dicho describe la realidad del Pablo futuro. Está aquí para recoger a sus hijos.

-¿Hijos? - bueno, era obvio, habían pasado diez años.. Era normal que él hubiera formado una familia con... - ¿Paula?

-¿Qué?

-¿Es Paula la madre de sus hijos?

-Si.

-Entonces no estaba tan errada- se casaron, estaba claro, en el momento en que yo le dejé el camino libre no había impedimentos para que fueran en serio.

Intentó ignorar las lágrimas que asomaban a sus ojos, confirmar sus sospechas le había resultado mucho más doloroso de lo que había imaginado.

Tampoco estaba preparada para ver a los hijos de Pablo y Paula. Siempre
había sabido que él era muy paternal.

Alguna vez, medio en broma medio en serio, habían hablado de la posibilidad de tener hijos y él estaba seguro de quererlos.

Y ahora esos castillos en el aire eran reales, pero no de la forma en que
Marizza había pensado, ella no había tenido nada que ver en eso.

Pablo recogió a sus hijos, dos chicos de unos 5 y 7 años, uno de ellos con grandes ojos azules y el otro con los
ojos pardos, eran el vivo retrato de Pablo y Paula respectivamente.

Se giró hacia Tomás.

-¿Esta era la sorpresa que me tenías preparada? Me querías enseñar lo que me estoy perdiendo? Te repito que...

-No me repitas nada, no te estoy enseñando tu futuro sin él, Marizza, te estoy enseñando su futuro sin ti.

-Y ya veo que las cosas le van muy bien. Probablemente sea ejecutivo en una gran compañía y...

-Espera, espera... Cada cosa a su tiempo. Adelantemos unos minutos el reloj y verás cuál es su destino cada
mañana.

La luz vespertina dejó paso a la noche y ésta a la mañana.

Tomás y Marizza aparecieron en una pequeña oficina abarrotada de gente.

-¿Dónde estamos? - Marizza miraba alrededor sin entender.

,Aquí trabaja Pablo. Es abogado de oficio.

-¿Qué? Pero si él cruza de acera cada vez que ve un mendigo.

-No me pidas explicaciones, sólo te enseño lo que hay. Al contrario de lo que creías, Pablo no se ha convertido en una copia de su padre. Más bien es lo contrario.

Estuvieron allí unos minutos, Pablo apareció entre la gente y comenzó a organizarles con firmeza y seguridad.

No se podía creer lo que estaba viendo, no es que no supiera que él podía ser así, es que siempre había creído que la
influencia de su padre había sido más fuerte que cualquierbcosa que ella le hubiera ayudado a entender.

Al final supo mantenerse en sus propias ideas.

Está claro que esto no fue cosa mía.... tomó aire antes de formular
la pregunta temida - ¿Paula... iha tenido ella algo que ver. Con este cambio?

-Ella apareció cuando tú desapareciste de la vida de Pablo... Se casaron y tuvieron dos niños, ya los has visto.

-No te estoy preguntando nada sobre eso, sólo quería saber si...

-Y eso es todo lo que ha aportado Paula a la vida de Pablo: dos hijos. Ellos nunca se entendieron, su relación tuvo
sentido en un pasado, pero la obsesión que Pablo sintió por ella en un momento dado no daba más de sí. Paula sí estaba enamorada de él pero eso no es suficiente para enamorar a la otra persona.

Marizza intentaba asimilar toda esa información.

-¿Quieres decir que no..?!

-Este es Pablo, así es él, sin que nadie le influya, sin que nadie lo conduzca. Ha elegido el camino que ha querido y
ha sabido rectificar sus errores. Cuando entendió que la relación con Paula no daba más de sí y que seguir juntos
tampoco haría más felices a sus hijos decidió divorciarse.

-¿Y no ha encontrado a nadie más que...?

-Nunca se ha enamorado. Aparte de ti, quiero decir.

-¿De mi? Pero si yo no...

-No te estoy preguntando nada, simplemente te narro lo acontecido en estos años

-¿Y él me ha dicho alguna vez todo esto?

-No, tras la ruptura desapareciste de su vida, pediste a tu familia que no le diera pistas que le ayudaran a localizarte y él decidió dejarte libre. No lo has vuelto a ver en todos estos años.

Marizza no contestó, tristemente se creía que ella hubiera sido capaz de eso.

Estaba convencida de que no lo merecía, de que le había dejado solo y de que él en realidad no la amaba, ¿para qué quedarse?

Hasta hacía unos segundos había pensado que lo mejor era desaparecer... pero ahora veía que no le había ayudado.

Quizás si se dieran una nueva oportunidad...

Buscó a Tomás, quería preguntar muchas otras cosas pero él había desaparecido.

De nuevo estaba en su cama, en su habitación.

Con los ojos irritados y las mejillas sofocadas.

Tenía que ir a ver a Pablo, no importaba la hora que fuera, necesitaba verlo y pedirle perdón por no haber estado a su lado...







Continuará....

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