XX

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Emily Escobar

Cuando logro recobrar la conciencia ya no me encuentro dentro del auto. Ahora me encuentro en una habitación con paredes blancas, y atada a una cama mientras un televisor frente a mí solo muestra líneas grises.

Trato de soltarme de las cadenas que me atan, pero es inútil y solo consigo lastimarme.

Al dejar de luchar, la televisión deja de solo mostrar líneas y un video se comienza a trasmitir. Inicialmente solo muestra una cama vacía en una lujosa habitación. Después un hombre gordo y calvo entra y se acomoda sobre la cama. Luego una pareja de treintañeros aparece y detrás de ellos una pequeña niña rubia asustada y semidesnuda es entregada por ellos a el hombre.

La niña se encuentra aterrorizada y su expresión lo demuestra. Cuando la pareja sale de la habitación, el hombre la posa sobre sus piernas y comienza a besarla para luego decir con una sonrisa:  —Te extrañe, Kamila.

Quedo sin palabras y luego noto el parecido. La pequeña Kamila es abusada cruelmente por aquel gordo hombre que la golpea y viola múltiples veces.

Cierro los ojos para no ver el video, pero cada vez que la escucho gritar se abren involuntariamente.

Se dejan de escuchar sonidos y abro mis ojos, sin embargo, el video no ha finalizado. Aquel hombre se recuesta sonriente y complacido mientras la pequeña Kamila con lágrimas en los ojos vuelve a colocarse la ropa. A continuación, se acerca a una pequeña mesa con comida y le entrega un poco de carne al hombre, pero se guarda el cuchillo en la espalda.

—¿Y el cuchillo? —pregunta el hombre.

—No quieres saberlo —contesta Kamila.

—Déjate de juegos y dame el cuchillo —exige el hombre. Entonces Kamila le entierra el cuchillo en la palma de la mano, luego lo retira y violentamente comienza a apuñalar a el hombre sin piedad alguna.

Se corta el video y nuevamente el televisor solo muestra líneas.

Recuerdo que Kamila me dijo que sus padres la prostituyeron hasta los diez años y en el video, tiene al rededor de esa edad. Así que, si no hubiera asesinado al hombre probablemente todavía seria prostituida hoy día. Me siento mal por ella y comienzo a recordar a mi padre quien comenzó a abusar de mí a los diez luego de la muerte de mi madre y el enojo llena mi corazón.

—¿Para qué putas me enseñas esto? —grito con furia —. Vete al infierno.

El televisor se apaga y la habitación queda a oscuras. Escucho el sonido de una puerta abrirse y luego pasos acercándose a mí.

—Nos veremos allí —dice la voz de una mujer.

Siento que colocan una tela sobre mi boca y nariz. Trato de luchar, pero es inútil y empiezo a sentirme perdida y mareada para luego nuevamente perder la conciencia.

Bruscamente abro los ojos, pero nuevamente no estoy en el mismo sitio que al perder la conciencia y a diferencia de antes ya no estoy encerrada, sino fuera de una enorme mansión totalmente libre y sin amarres, pero con dos sobres atados a mis muñecas.

Decido abrir el sobre de mi mano derecha y eso hago. Al abrirlo una carta escrita con labial rojo me deja aterrorizada.

"Corre o se quedara sin aire y no como al besarte" —leo en voz baja.

Entro a la mansión y esta se encuentra destrozada. Escucho quejidos no tan lejos y me guío por ellos, sin embargo, al encontrar a la persona no es quien pensaba.

—¡Maddie! ¿estás bien? —digo mientras la desato de las cuerdas que la atan a la cama en el cuarto que estaba antes.

—Sal de aquí. Esto es lo que ella quiere —vocifera.

Golden MafiaWhere stories live. Discover now