UN ENCUENTRO DESAFORTUNADO

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POV STING

-vamos por aquí, tío Sting~ -Luna tiraba de mi mano con fuerza para que siguiera por el camino que ella decia-

-tu madre me mata... Como se entere que nos hemos perdido me mata... -no hacia mas que murmurar lo mismo una y otra vez. A causa de mi buena actitud hacia esa pequeña endemoniada, seria condenado a la peor muerte imaginable, asesinado por una muy enfadada Lucy Heartfilia.- Luna, ¿Ya sabes a donde vamos?

-Ni idea~ -respondió tan feliz. Al parecer se había emocionado con el tema de "irse de vacaciones"- oye, tío Sting, la amiga de mama... ¿Quien era?

-¿Levy? Pues... Una amiga muy querida de tu madre. De cuando ella vivía aquí. -Murmuré, y no se por que la verdad. Después de todo, la niña que me tiraba del brazo con inocencia era una niña prodigio en el tema de la magia. Sus sentidos de dragón slayer estaban casi tan desarrollados como los mios o los de Rogue.-

Seguimos hablando un largo rato. Luna corría emocionada por las calles de Magnolia, y yo sin reparar en nada mas, la seguía como el collote al correcaminos, en una carrera que sabia que no podría ganar.

En algún momento perdí de vista a Luna. Mi mente ya volaba a las miles de posibilidades que tenia Lucy de acabar conmigo. Sabia demasiado de los dragón slayers, tenia demasiado poder, y cuando alguien hacia algo a Luna... Aquella ya no era la misma rubia que apareció en la puerta del gremio, llena de heridas y luchando por mantener la conciencia. De eso no había duda.

Busqué mientras mi cabeza barajeaba todas las muertes que a aquella rubita podrían ocurrirsele y que sin duda usaría contra mi si no encontraba a su pequeña. Pero toda esperanza de salir vivo de aquel lugar se desvaneció en cuanto ví a una anonadada Luna. Observaba un gran edificio con los ojos realmente brillando, estaba emocionada. Los magos entraban y salían de aquel lugar, miraban a Luna, se sorprendían pero seguían su trabajo.

De golpe me puse tenso. Palidecí. Me asuste. Lucy me mataría, ahora ya era definitivo. Me cortaría en cachitos y me obligaría a comérmelos. Después de todo Luna no miraba cualquier edifio. El enorme loco de Fairy Tail se reflejaba en sus ojos, al igual que la primera vez que Rogue y yo le dimos un regaliz para probar. Lo veía en sus ojos, quería entrar. Ella dió un paso, yo di tres hacia la hija de mi mejor amiga.

-Vámonos a casa, Luna -sentencié cogiéndole de nuevo de aquella mano que siempre estaba en una temperatura considerable- tu madre nos estará esper...-me callé de golpe. Si tenia alguna esperanza de salir con vida de esta, aquel mago de pelo rosa que salia del gremio me las arrebató por completo-

Natsu me miró a mi e hizo una pequeña reverencia. He visto como Natsu empeoraba con los años. Cada dos meses pasaba por Saber a preguntar si alguien había visto a Lucy. Me dolía tener que mentirle, pero no podía hacer mas. Cuando dirigió la mirada a Luna me volví a tensar y cogí su mano con mas fuerza aun. Por suerte, Luna en esos momentos era rubia y la vieja bufanda negra que su abuelo le había regalado aun estaba guardada en la maleta. No se parecía en nada a Salamander.

Veía como Natsu no dejaba de mirar a Luna. Se acercó unos pasos y yo instintivamente retrocedí, pero no lo suficiente al parecer. Se agachó a la altura de Luna y ella le sonrió amablemente. Después de todo ella tampoco le había quitado la vista de encima.

-L-Luce... -murmuró Salamander-

☆EL SECRETO DE UN HADA SIN ALAS☆ [ 1/2 ]Where stories live. Discover now