𝟐𝟏

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Pasado [2005]

- ¿Se puede saber qué demonios hacéis en mi casa a estas horas de la mañana?

Draken, Mikey y Nozomi se encontraban en la cocina de las Okazaki; la última estaba con su delantal haciendo como siempre el desayuno, mientras que los dos rubios estaban sentados en la mesa con un plato y una servilleta simulando un babero cada uno.

- Han venido a desayunar.- contestó Nozomi tranquilamente mientras seguía cocinando. Se esperaba la reacción de la mayor.- Tu desayuno estará en seguida.

- Hey, nena.- saludó el de la trenza levantándose de la mesa para acercarse a ella y darle un pequeño beso en la sien, intentando relajarla un poco, aunque sea un poquito.
El comandante ni se molestó en saludarla, la menor de las hermanas cocinaba demasiado bien.

La peli negra suspiró y le dio un corto e inesperado beso en los labios a su novio.- Hola, Ryu. ¿Cómo has despertado a Mikey tan temprano?

Este le dio una media sonrisa burlona.- ¿Dudas de mis capacidades, jirafa humana?

- No me llames así, poste andante.- susurró la fémina acercándose aún más a él, quedándose a centímetros de juntar sus cuerpos y mirándose fijamente.

Ken rodeó su cintura con una de sus manos y pegó su cuerpo al suyo.- Oblígame, edificio con patas.- y la besó intensamente, mordiendo su labio para poder introducir su lengua e intensificar el beso. Al notarlo, Nori emitió un suave gemido que sólo el chico pudo escuchar.

Este momento de intimidad no duró mucho, pues se separaron, o más bien ella se separó, en cuanto oyeron un carraspeo forzado. Desde la mesa, Mikey y Nozomi los miraban con una sonrisa pícara.

- Os agradecería que no os comierais el uno al otro en mi cocina.- habló la ojiverde.- Si es posible, claro. Tu desayuno se va a enfriar por cierto.

- Cállate anda.- se sentó en su sitio sin mirarla, estaba roja de la vergüenza. El Ryuguji simplemente la miraba con una sonrisa disimulada, era tan tierna.

- Kiri-chan estás roja.- la delató el Sano con inocencia, a lo que todos empezaron a reír, excepto la nombrada.

- ¡Cállate!

[...]

- Nos vemos en casa, Onee-san.- se despidió la Okazaki menor.- Adiós Mikey-san y Draken-san.

Después de dejar a Nozomi en su escuela, los de la ToMan acompañaron a la heterocromática a la suya, y por el camino esta notaba las miraditas que se echaban los dos amigos.

- ¿Y bien?- habló Nori girándose a ver a los pandilleros.- ¿Me vais a decir de una vez lo que tengáis que decirme?

- ¿Eh? No se de que hablas...- se hizo el que no sabe el comandante.

- No te hagas enano.- lo fulminó con la mirada.- No creas que no me he dado cuenta de las miraditas. Estáis muy raros.

- Bien...Quiero pedirte de nuevo que formes parte de la pandilla.- soltó derrotado Manjiro.- Te necesitamos.

La de la cicatriz lo miró sin expresión alguna, pero en realidad tenía una lucha interna. Si entraba de nuevo, no volvería a salir.

- Con una condición.

Al de menor estatura le brillaron los ojos al escucharla, y asintió con efusividad, emocionado.

- Nadie, excepto tú y Draken, debe saber que formo parte de ella.

- ¡¿Eh?! Pero si eso es lo divertido~ Joo~.- se quejó como un niño el menor, haciendo también un puchero.

- Lo coges o lo dejas.

𝐈𝐊𝐈𝐆𝐀𝐈 •| 𝐃𝐑𝐀𝐊𝐄𝐍 ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora