Capítulo 2: Me preocupo por ti

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Bueno, si el Taiyaki no había funcionado, entonces llevarlo a su lugar favorito lo haría

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Bueno, si el Taiyaki no había funcionado, entonces llevarlo a su lugar favorito lo haría.

Aunque eso en realidad no sería del todo posible.

El lugar preferido de Ni-ki es la casa de sus padres en Japón, ¿sería posible llevarlo a su país natal por un día? La respuesta es no.

Pero halló una alternativa bastante buena: llevarlo a la feria.

¿Acaso no era algo agradable?

A Ni-ki le gustaba ese lugar e iba seguido, sin embargo, últimamente no había tenido tiempo de salir de casa tanto como quisiera debido a la apretada agenda en la universidad a causa de las pesadas tareas. Así que irían allí con la intención de pasar un buen rato juntos. Y tal vez, si se animaba a hacerlo, podría confesarlo todo.

Aunque cabe aclarar que en realidad esa no fue completamente su idea, debía darle crédito a sus amigos, quienes fueron los que organizaron una salida en grupo para divertirse y tomar un poco de descanso de la abrumadora vida de estudiante universitario.

Quizá debía agradecerles, pero ir acompañado por más de tres personas no era lo ideal ya que Jake no tendría la oportunidad de pasar tiempo a solas con Ni-ki tal como quería.

Aunque, para ser sincero, en ese momento lo estaba pasando bastante bien.

Jake miró una vez más su mano y sonrió embobado.

El panorama era increíble. El grupo se había separado para dirigirse a distintas atracciones, así que caminaba entre la multitud por las estrechas calles dentro del parque tomado de la mano con Ni-ki, con este último riéndose de él al verlo tropezar con una piedra.

El lugar era alumbrado por series de luces de colores que rodeaban los árboles y que también estaban colgadas en lo alto, justo por encima de sus cabezas.

No sabía si el clima se había compadecido de él, pues en la mañana el cielo había estado tan oscuro por las grandes nubes grises cubriendo el sol, que pensó que ya no podrían salir, pero en ese momento estaba perfecto. Despejado, aunque un poco frío.

Tras varios minutos solo dando vueltas por el parque, finalmente se detuvieron cuando el estómago de Ni-ki rugió al ver los algodones de azúcar desde lejos. El menor arrastró a Jake hasta el pequeño puesto de dulces para pedir uno de color morado.

Mientras su amigo pagaba, Jake divisó un puesto repleto de peluches de felpa y sintió como si un foco se prendiera en su cabeza.

Esta vez fue él quien arrastró al rubio para llevarlo frente a los peluches.

Tenía que ganar uno para Ni-ki.

Recorrió con la mirada cada uno de los peluches, hasta que encontró el indicado. Un osito blanco con un corazón dibujado en su estómago que decía "Te amo".

I love u ⋆ JakeKiWhere stories live. Discover now