El traje rojo que lucía Sunghoon esa noche se ganaba las miradas de todos.
—¿Cómo es que no estás nervioso?— Jay lo miraba con una mueca en el rostro— ¿Qué canción vas a tocar?
—¿Por qué solo no esperas Jongseong? Me irritas.
—A mi me irrita tu presencia pero sin emabargo estoy aquí para apoyarte.
—Estás aquí porque tu madre te obliga.
—¿Se nota mucho?
Sunghoon le dio un zape, no entendía cómo Jongseong terminó siendo su mejor amigo, más allá de que era su primo.
—Voy por mi instructor de piano para que me quite los nervios, tu no sirves— camino entre la gente para ver si podía encontrar a Jaeyun, ya hace unas semanas que le daba clases y el estaba realmente feliz, se sentía cómodo.
Había tanta gente que en el medio se chocó con alguien.
—Su alteza, lo siento mucho.
Sunghoon se acomodó un poco el cabello.
—Yo soy el que lo siente— sus ojos se encontraron con los avellana de otro muchacho— Duque Lee.
—Vaya, creí que no tenía idea, creo que es la primera vez que hablamos formalmente, ¿o me equivoco?
—No, nunca antes había tenido el agrado de hablar con usted.
—Es realmente un gusto príncipe Park— tomó su mano y dejó un suave beso en el dorso— aunque por supuesto que hace ya un tiempo lo observo.
—El gusto es pura y exclusivamente mío— se relamió los labios.
—Usted se ve realmente magnífico esta noche, es claramente el más llamativo.
—Ni lo diga, claro que no, de seguro la más bonita ha de ser su esposa, ¿cierto?
Los ojos de Heeseung se pusieron oscuros, tomó la mano en la que había dejado un beso y lo acercó asegurándose de que nadie los estaba mirando para susurrarle.
—No deberíamos hablar de mi esposa, usted es aún más hermoso que ella, nadie como usted.
