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Luego de una elegante cena y un leve discurso por uno de los mayores dirigentes del turismo del país, se colocó una canción suave y bastante romántica. Muchas parejas se habían levantado, y colocado en el medio del salón, bailando pegados y lentamente, al ritmo de la música.
Soobin bufó al notar como sus padres se levantaban emocionados, para bailar juntos. Parecía que el amor entre ellos si aguantaba con el paso de los años. Observó la mesa de enfrente de nuevo, notando que casi toda la familia se había levantado, solo quedaba aquella belleza.
¿Y sí...? Podría pedirle bailar a aquel chico. Sería una forma de entablar una conversación, y así podía lucir sus dotes de baile. Antes de levantarse de su mesa, observó como el chico se notaba aburrido, y como no, si estaba solo. Se decidió, le invitaría a bailar. Así que se caminó seguro de lo que haría, pocos pasos hacia la mesa que quedaba enfrente. Sintió los ojos confunfidos del joven sobre él, así que decidió ir al grano.
——¿Me concede esta pieza?——preguntó, estirando la mano en dirección al contrario.
——Claro que sí——colocó la suya sobre la del mayor, para así ir juntos a la zona de baile.
——Aún no me has dicho tu nombre——recordó el pelinegro, con una ligera sonrisa.
——Ah, disculpa mis modales, me llamo Soobin, hijo único de la familia Choi——se presentó, sin parar de moverse lentamente al ritmo de la música
——Un gusto Choi Soobin. Yo soy Beomgyu, hijo menor de la otra familia Choi.
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