Soneto 7

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Un delirio
que me insita a lo prohibido
recorre mi piel hasta mi cabeza.

Me baña en regocijo
gemidos y gritos
son marcas de pasajeras.

El pecado más condecorado
es el cual mayormente le temen
aludiendo su creación a la sombra.

Sea obra suya o puede no ser
me parecerme inofensiva
y adictiva al tacto.

Ven conmigo
hundamos el cielo en una mar de placeres
teñiremos las nubes de pasiones
mientras vivimos el infierno .

Abro las puertas del pecado
me déjo llevar por la tormenta
justo hasta tu piel.

Ya sea día o noche
el llamado al placer carnal no distingue
sólo marca el camino que nos lleva al éxtasis.

Un poeta casi locoWhere stories live. Discover now