𝗙𝗥𝗜𝗘𝗡𝗗𝗦 ❚ 𝖩𝗎𝗇𝗂𝗈𝗋 𝖶𝗁𝖾𝖾𝗅𝖾𝗋. ✔️

𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁.



❮ narra Alexa ❯

Oh, por dios, esto no puede estar pasando. Tenía dos opciones, o lo desataba a Devon y moría por los Chuckys o peleaba con los Chuckys y moría. Vaya, que buenas opciones.

— entra en mi santuario interior.

¡Mierda! ¡Esto está peor que nunca!

Mire a Devon y me dió una señal para que me escondiera. Baje las pequeñas escaleras y me escondí detrás de la pared.

— cuidado con lo que dices. No queremos tener ningún accidente.

Pude ver a la señora del velatorio, a Chucky y a... ¡no puede ser! ¿¡Junior!?

— gracias a mi amigo, el Señor Patricidio. Orgullo de él. Ahora va hacer su amigo.

— ¿quieres que mate a Devon?

— todavía no. Puede ser útil. Oh, y escuché que decia ”¡Alex, vete!” — otra voz imitó la de Devon — Creo que estaba alucinando.

— ¿Alex? — escuché la voz de Junior.

Mierda, tenía que salir de aquí. ¿Corro o me quedo? ¿Corro o me quedo? ¿¡Corro o me quedo!?

Tomé la decisión, suspiré y corrí.

— ¡Alex, que sorpresa! — sonrió Chucky — Atrapala, Junior.

Mierda, no. Él era mucho más rápido que yo. Escuché pasos aproximarse hacia mi por detrás. Giré en una curva, haciendo que Junior se estampe contra la pared.

— no lo hagas más difícil, Alex.

Ni sabía por dónde corría, pero es mejor que me atrapé Junior y ¿quién sabe? Capaz me maten... o es mejor, no lo sé.

Me entere que todavía tenía el cuchillo en mis manos. Me detuve en la mesa de mármol que estaba en el medio de la cocina. De la puerta, apareció Junior.

— ahí estás, nena — sonrió.

— Junior, ni te acerques — lo apunté con el cuchillo y suspiré —. No quiero hacer esto — dejé el arma en la mesa —. Chucky te manipuló, Jun.

— estoy mejor así, ¿no te gusta mi nueva versión?

— claro que no.

No debí decir eso, ya que Junior empezó a perseguirme de nuevo, solté un grito por su brusco movimiento para atraparme.

Corrí más rápido. Ahí estaba mi salida, la puerta principal, pero Junior me agarró de la cintura por detrás. Intente luchar contra él, fue en vano, ya que el castaño me ató las manos con las bridas de plástico. Lo apretó demasiado.

— me duele — dije con tranquilidad.

— lo sé, pero es para que no escapes más — me susurró al oido, haciendo que mi piel se erizará —. Vamos, linda.

Agarró mi brazo y me pegó a él para que no me escapara. Me llevo al mismo lugar en dónde estaban antes y me sentó con brusquedad en el sillón.