28

1.8K 380 65
                                    


— ¡Senkū-chan! Me encanta y esto...—Asagiri se volvió animado para ver al científico que permanecía sentado, dándose cuenta que lo había estado observándolo, haciendo que sus siguientes palabras quedasen atrapadas en su garganta.

Ishigami se levantó, acortando la distancia, llegando muy cerca del mentalista, lo que definitivamente lo dejó inmóvil. La pirotecnia seguía levantándose en el cielo reflejando los colores en el rostro del científico porvocando que Asagiri desviara la mirada.

—Gen —Senkū fue el primero en romper el silencio atrayendo la mirada del mago nuevamente.
—¿Si, Senkū-chan? —logró responder con leve rubor en su rostro, aunque aquella frase fuera casi como un susurro, pues Senkū ya estaba a escasos centímetros de él.

El científico rió por lo bajo, ver a Gen actuando de una forma tímida era tan poco convencional. Por otra parte, acababa de identificar sus sentimientos por este bastardo bromista y Gen podría, en un diez mil billones por ciento, no sentirse de la misma manera qué él, añadiendo la variable que el joven de cabello monocromático había mencionado a otra persona hace tiempo.

«Un cerebro enamorado es problemático, kukuku. Pero... no es desagradable en absoluto»

.

Habían pasado meses desde que estuvieron a tan corta distancia. Aquella ocasión era una broma del mentalista y científico no había comprendido sus sentimientos por el mago, pero, justo ahora, esto de alguna manera se siente tan distinto a como aquel día.

—¿Qué es lo gracioso? —cuestionó el joven de ojos zarcos haciendo un pushero en voz baja.
—Ah~ solo recordaba algo —respondió el científico acercándose un poco más.

Asagiri suspiró y en un par de segundos se retiró colocando un mano sobre el pecho de Ishigami. Lo que desconcertó al científico, iba a hablar con el mentalista, no sabía mucho sobre los sentimientos románticos en experiencia, todo lo que sabía era lo que había leído en libros, lo que había investigado en Internet, documentales y toda aquella información que Gen le proporcionó pero todo era sólo teoría, era sólo para relacionarlo al misterio de los hilos rojos del destino pero ahora el enfoque se volvió algo diferente, no sabía que decir pero quería intentarlo, así que lo llamó nuevamente pero éste se adelantó.

—Nee, Senkū-chan, te contaré una pequeña historia~ —comenzó el mentalista dándole ahora la espalda a Ishigami.

Asagiri había estado pensando en esto desde que Saionji se lo recordó en aquel restaurant, conocía a Senkū y reflexionó mucho en esto antes de continuar. Era ahora o nunca después de todo.

Senkū asintió, sabía que no podía verlo pero su silencio podría tomarse como una confirmación para proseguir, algo que Gen entendió enseguida.

—Había una vez, un pequeño niño nacido en una familia con pocos recursos, —comenzó en voz baja— y su madre falleció al poco tiempo de haber dado a luz, por lo que el niño de crío con su padre... una pena, puesto que el niño siempre tuvo interés por los trucos de magia y amaba practicarlos, no tenían el suficiente dinero para comprar cartas o sombreros para ello, así que él fabricaba la mayoría de estos con reciclaje —hizo un pausa aguantando un suspiro— pero... su padre siempre lo desaprobó y criticó, hubo ocasiones dónde rompía sus manualidades por ser un desperdicio de tiempo, otras veces lo dejaba simplemente sólo y se iba por días a beber o pasarla con chicas en una cantina... Haha... —hizo una pausa nuevamente. Su mano estaba cerrada en un puño y levantó su vista al cielo, los fuegos artificiales estaban empezando a terminarse.

—Sin embargo —continuó— había un lugar cercano a donde vivía, ese lugar era algo vívido, hacían matsuris como este en diversas fechas, especialmente en abril. Aquel pequeño siempre quiso asistir acompañado de su padre, pues no tenía ningún amigo. El padre no lo hizo, al contrario, bebía hasta el cansancio y entonces, cuando había una oportunidad, el niño solía escaparse para ir a hurtadillas, veía a los demás niños jugar, reír, ir en familia lo cual lo desanimaba un poco y en ocasiones, con el poco dinero que en ese momento el pequeño podía reunir podía intentar pescar algo o comprar una cajita de takoyaki, y también... A ese pequeño, le encantaba ver la hermosa pirotecnia iluminando el cielo...

Un momento de corto silencio se asentó entre ellos, pudiéndose escuchar solamente el ruido del festival y la risa de los niños ahí. El viento soplaba frío pero restó imoortancia a esto.

—Senkū-chan... Yo...

Asagiri no pudo continuar, de pronto, Ishigami tiró de él, haciendo voltearse de frente y hacia un abrazo. Senkū no era precisamente fan del contacto físico pero, escucharlo hablar así, conocer esa parte de él que casi nadie o nadie conocía, si se trataba de Gen, lo demás no importaba en lo más mínimo.

Inesperadamente el mentalista, correspondió el abrazo y sujetó fuertemente a Senkū por atrás tirando de su playera como si fuera el único lugar seguro al cual aferrarse y hundió su cabeza en el cuello del otro. Asagiri odiaba verse débil y vulnerable frente a otros, detestaba que alguien más viera sus debilidades, conociera su pasado, sin embargo, sabía que podía confiarlo a Senkū, no porque estuviera perdidamente enamorado de el joven científico sino por el hecho de que era una persona sincera, que no revelaría esto a nadie ahora ni más adelante.

—Ah, ese señor es un completo idiota. De haberte conocido lo habría electrocutado como una vez lo hice con unos chicos que me molestaban en primaria. —dijo serio y sintió una pequeña sonrisa por parte de Gen que desvaneció poco después.

—Senkū-chan tiene suerte de haber tenido a Byakuya-chan. —murmuró y Senkū solo asintió levemente.

—Gracias —el mentalista rompió el silencio después de unos minutos en ese abrazo aún sin dejarlo ir.
—¿Hm? —cuestionó aún sujetando a Gen.
—Por esto, sé que no tenías idea, que solo es un trabajo de campo pero... —logra presionarse un poco más debido al sentimento— aún así, gracias, lo disfruté.

Esto ocasionó una pequeña risa de alegría a Senkū siendo seguida por una corta de Gen.

—Por cierto, Senkū-chan. —llamó Gen una vez más mientras se apartaba del abrazo para ver la cara del científico.
—¿Hm? —cuestionó curioso.
—No te tomaba por un tipo tan emotivo y sentimental~ —dijo en un tono burlesco pero realmente sin burla queriendo aligerar el ambiente, Senkū lo sabía y realmente había un sentimento cálido que logró llegar al científico.
—Kukuku. Cállate y bajemos al festival, aún tienes bastantes cifras por reunir —respondió de igual manera sonriendo mientras terminaban por cortar aquel contacto físico.
—¡¡Doi-hee!!~

Ambos rieron y bajaron nuevamente entre la gente, aún así la platica y el ambiente no se perdió. En el camino Gen siguió contando pequeñas cosas relacionadas pero ya no se sentía tan mal de decirlas así como Senkū también añadía alguna que otra anécdota sobre su asocial vida estudiantil.

—¿Ukyo? —Preguntó Ishigami curioso por saber quién era la persona que Gen había mencionado estos últimos momentos.
—Ukyo-chan es mi mejor amigo~ Tiene un excelente oído y no lo digo porque tenga buen sentido musical —El científico rió en respuesta— él trabaja en un submarino así que casi no nos vemos y la oportunidad de atender una llamada es realmente difícil.
—Bueno, al menos supongo que eso de su super audición ayuda a que no sea tan ruidoso como Taiju o Chrome.
—Ding-dong~

.
.
.

El tiempo del Matsuri estaba terminando, así que regresaron para cuando los puestos estaban recogiendo. El camino era tan pacífico y calmo, las palabras no eran necesarias para sentirse cómodos entre sí. Claro que Gen pasó a dejar a Ishigami a su hogar primero, después de media hora llegó al suyo propio.

Bajó del auto, tomó una corta pero relajante ducha, salió del baño, cepilló sus dientes y se dispuso a entrar a la cama y dormir, no sin antes repasar lo que había sucedido, cómo inició y cómo terminó su día

«Se supone que este era un adios al amor que siento por ti... No es justo, Senkū-chan»

.
.
.

My Red String Of FateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora