capítulo ocho.

2.6K 322 254
                                    

A veces el sentimiento aplastante de sentir que todo está roto, que es irreparable o que ya nada tiene sentido, puede ser muy peligroso para una persona que ya sufre por problemas del desamor

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

A veces el sentimiento aplastante de sentir que todo está roto, que es irreparable o que ya nada tiene sentido, puede ser muy peligroso para una persona que ya sufre por problemas del desamor.

Ya no hay nada para ser feliz, nada que le haga sonreír, nada que haga su corazón latir. Sólo apreciará las tormentas y neblinas alrededor de todo su ser, impidiéndole ver la vida cómo de verdad es, porque de alguna manera no puede salir de esa etapa que lo mantiene atado a ese horrible destino.

Felix se siente como una taza rota; porque su alma se ha hecho pedazos en el piso, los cristales volaron por doquier y la fuente de estos es su corazón hecho pedazos.

No pensó que el amor dolería tanto, no creyó que lloraría más por amor que cuando era niño, porque los niños lloran por dulces, por caídas, por cualquier cosa que siempre tiene arreglo, aunque su dolor no se remedia con una paleta. No tiene contadas cuántas lágrimas ha derramado, pero sin lugar a duda puede hacer un mar con ellas.

Quién diría que hace años, cuando le hablo a ese niño frío, cuando juraron ser mejores amigos por siempre, estaría jurando su sentencia de muerte.

No, no se arrepintió de ser su amigo, los momentos juntos fueron inolvidables y no tienen comparación alguna. Chan es una parte fundamental para el castaño, ya que siempre le hizo sonreír y fue su consuelo en momentos de tristeza.

Fue su medicina en enfermedad, su risa en tristeza, su confidente y su compañero de travesuras, alguien que le hizo muy feliz siendo mejores amigos. Alguien que, sin pedir o dar nada es dueño de su corazón y de su amor.

Supuso que lo que arruinó todo fue su corazón, así que se odia a sí mismo por ello.

Odia a su corazón que sólo late por él, odia mucho el dolor y las punzadas que siente a diario, odia sentirse tan roto e irreparable, odia ser Lee Felix, porque Felix siempre está triste y ocultando su dolor bajo su faceta sonriente o inexpresiva.

Cómo ahora que está vistiéndose con ropa elegante para asistir a la despedida de soltero de Chan. Porque en un parpadeo han pasado dos meses y la boda es al día siguiente, con eso Felix se pregunta así mismo: ¿cómo podrá soportar tal dolor?

No lo sabe, lo que sabe es que este es su destino; sufrir por un amor que desea, pero que le pertenece a alguien más, es horrible porque se siente impotente, pero es el destino.

—Felix en serio, quédate, nosotros iremos y diremos que te sientes mal. —Sana pidió, afligida mirándolo detras suyo, Felix por su lado suspiro mirándose al espejo.

—No, estoy bien — respondió Felix apesadumbrado, no ocultando su mueca de disgusto.

—No estás bien. — susurró Dahyun preocupada al lado de Sana, el doncel por su lado suspiro cansado de que ellas quisieran ayudar con algo irremediable.

—Puedo hacerlo solo, no se preocupen por mí.

Sana codeó a Dahyun, diciendole que debería callarse ya, así que la rubia suspiro y se encogió de hombros y comenzó a rebuscar en su bolso.

you are my destiny › chanlixWhere stories live. Discover now