18. Lo sabes.

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–Es inútil, esta dañada –Me lamente recostándome en la mesa mirando la bella la caja musical a mi lado. –Mamá me va a matar...

–Mamá entenderá –Dijo papá llegando y sentándose a mi lado. –Los accidentes ocurren.

–Era su favorita –Solté cabizbajo–No quiero verla triste...

–¿Entonces por qué no la arreglas?

–Lo intente, pero no funciono... está totalmente rota. –Cerré los ojos y tape mi rostro. –¿Qué harías en mi caso papá? 

–Afrontaría las consecuencias y se lo diría a Mamá –Tomo la caja musical en sus manos –O simplemente daría todo de mi para arreglarla.

–¿Pero y si la segunda opción no funciona?

–Angel... todo tiene solución –Me sonrió y acaricio mi cabello –Tienes que pensar con esto –Señalo mi cabeza –Y con esto –Señalo mi corazón.

–El corazón no ayudara que la caja musical funcione...

–¿Y qué dices de esto? –Papá comenzó a destornillar la caja y saco algunos tornillos para después volver a atornillarlos en diferentes lugares y poner la caja en la mesa.

–¿Qué haces?

–Aplasta el botón.

Dudoso dirigí mi dedo y aplasté el botón, de pronto una cancioncita empezó a escucharse por todo el lugar, era dulce y bella. La muñeca en su centro comenzo a girar.

–¡La reparaste! –Dije emocionado y alegre.

–Ves Angel, todo tiene solución, que nunca se te olvide.

–¡Si! –Salte emocionado.

De pronto desperté.

Mire a mi alrededor intentando adaptarme a la luz de la habitación blanca. Por la ventana el día parecía volverse naranja y un sol brillante escondiéndose detrás de montañas y edificios.

¿Por qué había soñado con papá? Ese recuerdo fue hace mucho, mucho tiempo. 

Realmente es lo que dicen, lo menos importante es de lo que más te acuerdas y extrañas.

Que ironía...

–No puedes verlo –Escuche una voz afuera de la habitación, parecía la voz de... ¿Erika? ¿Seguía aquí? ¿Hasta tan tarde?

–Quítate de mi camino, he esperado aquí toda la tarde, no puedo esperar más.

–Tiene que descansar, no necesita más problemas, es suficiente con lo que le está pasando.

–Necesito hablar con él –Dijo con voz enojada –Si no te quitas ahora te quitare.

–Vete a la mierda Dante, todo esto es por tu culpa –Soltó furiosa –Si no te hubiera conocido, si no... los hubiera presentado, el ahora llevaría una vida normal.

–No sé a qué mierda te refieres. –Se escucho su respiración agitada –Tu sabes el por qué hago todo lo que hago, sabes por qué lo arriesgo todo, lo sabes Erika y aun así... –Soltó en voz baja para luego gritar –¡Largo!

–Basta –Dije abriendo la puerta.

Ambos me quedaron viendo perplejos y en silencio. Dante se veía reluciente e imponente, casi igual a como lo había visto la última vez.

Solo que esta ves su expresión era de confusión. Me miro de arriba abajo, seguramente observando lo golpeado que me encontraba.

–Angel... –Susurro para luego acercarse a mí a paso lento –¿Cómo estas...? ¿Te duele?

Tus Ojos Grises (GAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora