6. Higurashi ante todo

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Disclaimers

Los personajes de Inuyasha son de Rumiko Takahashi, pero la historia y la locura muy mía.

No continúo historia, si termina, termina, no me pidan continuaciones.

Solo publico en Fanfiction, Wattpad y en mi página de kagomex100pre.worpdress.com, si ven en otro lado la historia ¡denúncienlas! Mucho menos subo historias en páginas de Facebook, ni siquiera en la mía.

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Capítulo 6
Higurashi ante todo

¿Por qué no me lo he imaginado? Desde el momento en que Bankotsu me lo dijo, tendría que haber supuesto que Maru andaba cerca, pero bajé por completo mi guardia y ahora lo tengo frente a mí. ¿Por qué estoy tan nerviosa? No debería... no debería, pero...

—¿Qué está pasando? —inquiere casi de manera acusativa y ante su voz tan fuerte me hace temblar.

No puedo abrir mi boca, ni siquiera para tragar el aire, Bankotsu me vuelve a ver como si con su mirada y sus gestos faciales me estuviese incitando a decir algo, pero estoy completamente muda.

—¿No le dirás nada? —me saca de mis pensamientos—. Saca a tu hermano de su miseria por favor —se burla.

—Yo... bueno... yo...

Bankotsu solo niega con la cabeza rascándose al mismo tiempo.

—Le darás un paro cardíaco al pobre de tu hermano y no es nada del otro mundo —se cuelga de sus hombros pasando sus brazos por encima de él—. Vamos, los invito a un café para que nos relajamos.

Bankotsu siempre ha sabido cómo reducir la tensión en momentos justos, así que los dos lo seguimos a un café cercano sin decir palabra alguna.

Ordenan unos capuchinos y un cortadito para mí, casi me lo tomo de un solo golpe y veo la hora, casi son las 5 de la tarde, ¿cómo se ha escapado el tiempo? A veces solíamos tomarnos unos cortaditos con Miroku a las 6 antes de entrar a nuestro turno que terminaba pasadas las 12 de la noche.

Miroku es otro de mis mejores amigos, un año mayor que yo, me enseñó bastante, aunque la especialidad de él son los mariscos y toda la comida marina, además que fue él quien me ayudó a conseguir mi puesto en el restaurante de Marsella en donde trabajé los últimos dos años.

—¿No se lo dirás? —al escuchar la suave voz de Bankotsu regreso a mi presente volviendo a ver mi Maru querido.

Jakotsu me ha insistido que mis decisiones deben de estar basadas en lo que yo deseo para mí futuro y no en lo que gire en torno a un hombre, pero cuando él está tan arraigado en mi corazón, en mi alma, en cada deseo que florece en mi piel, ¿cómo puedo dejar a un lado esa parte?

Sus hermosos ojos dorados centellean, parecen dos pepitas de oro de esas que he visto en películas antiguas cuando era un bien preciado, hoy en día pesa más una jugosa cuenta bancaria.

—Compré... un apartamento —mis palabras salen como si las estuviese escupiendo, nunca fui buena para dar rodeos porque cuando intento darlos me quedo completamente muda.

—¿Tú la ayudaste? —lo acusa con mirada asesina.

—¿Por qué no? Un día me habló para pedirme el favor y sabes a la perfección que no se le puede negar nada —asegura riéndose—. Así que le hablé a uno de mis contactos en la agencia de Izayoi y me enviaron algunas opciones. Le envié varias fotos e imágenes a Kagome y por medio de ellas y de lo que yo sabía que requería hicimos luego unos videochats enseñándole los lugares más probables, pero este —le enseña la Tablet con las imágenes de mi nuevo hogar—, fue del que se enamoró.

La fruta es prohibida y se llama Sesshoumaru (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora