Parciales, tocadiscos y recreos

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—¿Arctic Monkeys? —retuvo la idea por un segundo—. Siempre es buena opción, pero sé distraerá.

Aparto el disco de vinillo a su izquierda y continúo rebuscando en su vieja caja de discos. No hace más de una semana que Isabella le obligo a él y a toda su familia a hacer la su tradicional limpieza de año nuevo, aunque, esta vez había sido más creativa, haciendo que todos sacaran sus viejas pertenencias del ático para donarlas o desecharlas, gracias a eso, le tomo al menos dos días organizar su habitación y sacar toda la basura a la que Emma le llamo "recuerdos de la infancia". sí, así es, la presencia de Emma durante la limpieza de fin de año estuvo presente, más que nunca diría Ray. Durante toda la limpieza no dejo de rebuscar entre sus viejas cosas y molestarle por sus antiguos hábitos. Como deseaba tener una memoria ordinaria y no poder recordar cuando se cabalgaba en su primer cachorro -Lex, un Jack Russell terrier- como si de un caballo se tratase.

Isabella con sus constantes historias sobre lo travieso que era el de niño no lo ayudaban en nada.

¡Ni siquiera Norman sabia del patético retrato que había hecho de su padre, en Kinder a bases de macarrones!

Lo único que agradecía de esa limpieza fue deshacerse de esos recuerdos, claro que Isabella seguía reservando alguno de ellos. Esperaba que ninguno llegara a las manos de Emma.

Por otro lado, también pudo desempolvar algunos de sus ambiguos pasatiempos.

Coleccionar discos de vinilo, tanto de viejas, como de nuevas bandas, estaba entre sus pasatiempos favoritos y Emma como toda una curiosa le pidió que llevara algunos a su casa para escucharlos mientras estudiaban para los parciales de mitad de año y él como todo un estúpido enamorado le contesto de forma positiva. No imagino, en cuanto se distraería Emma si los llevaba.

—Adiós Ray —se despido Leslie, dejando desorientado a su primogénito, que había olvidado por completo el instituto-. Diablos, me tengo que irme —dijo para sí mismo, guardando las dos cajas bajo su cama y tomando su bolsa.

A grandes pasos salió de su casa, para dirigirse a la de Emma y tocar la puerta, no sin antes intentar arreglar su flequillo, en tanto maldecía el preocuparse de manera ingente por como lo vería Emma.

—¡Hola Ray! listo para empezar la aventura.

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—¿Cómo que no trajiste los discos? —rodando los ojos, Ray uso Las crónicas de Narnia y el príncipe de Caspian para quitar el rostro de Emma de su vista, concentrándose en su libro, trato de ignorar los reclamos de Emma y su cercanía para realizar tal apto.

—Por enésima vez, te ibas a distraer y necesitas... corrijo, necesitamos concentrarnos, los parciales son mañana —Emma resoplo—. Eso es tonto, tenemos como tres semanas estudiando, nos sabemos el contenido de memoria.

Buscando debajo de la alfombra, tomo la llave y abrió la puerta de su hogar.

—Ser precavido nunca esta demás, ¿y tu padre? —no puedo evitar preguntar al notar la ausencia de amenazadoras bienvenidas y los comentarios sarcásticos—. Por ahí, creo... a lo mejor fue a comprar unas herramientas para arreglar algo en el jardín.

"De fábula"

Subieron las escaleras y entraron a la habitación de Emma, donde reposaba un pequeño felino. Ray retrocedió un paso.

— ¡Jirafa! —Sin embargo, la chica, no tardo en soltar su bolso por algún rincón de la habitación y saltar sobre su amado gato, quien se escurrió de sus brazos y trepo hasta la ventana—. Vamos, no te pongas tímido, es Ray —regaño intentando acercarse al felino. Ray volvió a retroceder y finalmente el gato brinco por la ventana. Emma, desistiendo alzo los hombros con desinterés y comenzó a buscar su bolsa, Ray, que observaba con horror la escena, le dirigió una mirada.

Cuestión de cinco minutos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora