Volver a casita

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-Y del uno al diez cuánto le das al viaje- pregunto Max llegando al lado de Anabel para tomar aciento a su lado.

-Al viaje un cuatro, a la familia un tres a exepcion de Matt- Max asintió de acuerdo- y a la comida un diez de diez- siguió devorando la comida de la boda como si no ubiese un mañana.

Luego de la incomoda cena la noche anterior Anabel durmió junto a su prima de siete años, con la que logro entenderse muy bien, luego se prepararon para la boda, Anabel casi se duerme en la ceremonia, Anabel casi se duerme con los votos, Anabel bueno, se terminó durmiendo a la mitad de los votos.

En su sueño soño que ella se casaba con Camilo, y eran muy felices ambos, quiso quedarse en el sueño por siempre, pero su mamá la despertó cuando la novia dijo aceptó.

Y desde que llegaron desde se celebraba la fiesta Anabel se la paso comiendo, sola en una mesa, con muchos platos de comida a su alrededor, mientras los otros invitados estaban bailando felices o otros ebrios tirados en el piso y durmiendo como un bebé agarrado a una botella como si temiera a qué se le escapará.

-Dice papá que es nuestro tío Alberto- hablo Max llegando junto a Matt sentandose y agarrando un plato de comida junto a su primo.

-El es nuestro pariente?- le pregunto a Matt y este asintió.

-Tristemente tanto tú cómo Max y yo tenemos su misma sangre.- comió una rebanada de pastel- rico- señaló el pastel y Anabel asintió de acuerdo, Matt le estendio en plato y el de ojos azules agarro un tenedor y probó el pastel.

-Guauu, definitivamente lo mejor de la boda fue la comida- Matt y Anabel no podían estar más de acuerdo.

-Te voy a extrañar Matti!- Anabel se lanzó a los brazos del azabache.

-Y yo a ti prima.

Se estaban despidiendo, la semana paso más rápido de lo que pensaron, leugo de la boda todos los adultos de la familia tuvieron un día de resaca familiar como Matt lo llama y los tres aprovecharon para pasear por el pueblo.

Anabel le compro un recuerdito a su Madrigal, le compro una taza con la foto de un camaleón que si le ponías bebida fría tenía un color pero si le ponías una bebida caliente cambiaba de color, y no pudo no comprarlo.

También le compro a Toñito uno, una un tucán de madera echo a mano.

Una vez la despedida emotiva, literalmente tuvieron que despegar a Anabel de Matt, pues está estaba aferrada a el, en esos siete días se encariño de una manera a su primo.

Se subieron al carruaje y emprendieron viaje al pueblo, Anabel no duró ni cinco segundos porque se durmió en el hombro de su hermano.

Al llegar fueron a su casa, tobieron que despertar a Anabel para que llevara sus cosas también.

Al llegar los padres de Anabel y Max se quedaron a desempacar y Anabel se fue, un poco somnolienta todavía hacia casita, Camilo estaba en la puerta sentado esperando.

En cuanto la vio corrió hacia ella y la abrazo, fueron siete días de sufrimiento para el Madrigal, no por que desconfiaba de la chica, si no por que no podía estar el alejado de ella mucho tiempo.

-Hola camaleón- Camilo río, pues el tono de Anabel era meloso a la ves que se oía algo cansada.

-Como le fue sumercé, si divertio?- pregunto tomando las cosas de la chica y caminando a la casa junto a ella.

-Bastante- llegaron al cuarto, Camilo pensó que sería mejor que ella descansará un rato antes de hablar con su familia y ponerle al día.- sabías que tengo un primo?

-No..

-Bueno lo tengo, se llama Matt y tiene nuestra edad, es muy divertido me divertí mucho con él , max también o y sus amigos también.- Camilo la acostó boca arriba en la cama y le saco los zapatos con delicadeza.

-Deveria preocuparme por esos amiguitos de tu primo?- se sentó a los pies de la cama mirando a su linda novia quedándose dormida.

-No.. no son muy lindos, bueno no comparados contigo- Camilo río, esas pocas palabras elevaron su ego al máximo- ven quiero dormir contigo- estiro sus brazos a el.

Camilo volvió a reír y se acostó al lado de la chica, esta se oculto es su pecho, y Camilo la atrajo más.

-Me trajiste mi regalito..?- al no recibir respuesta pensó que Anabel ya se había dormido, pero sintió como asintió un poco aún en su pecho- que me trajiste?- pregunto cómo niño chiquito.

-Un camaleón..- dijo medio dormida, Camilo la miro sin entender- en forma de taza.

Okey, eso lo confundió más.

-Un que en forma de que?

-Un camaleón en una taza..- siguió mormurando contra el pecho de Camilo.

Camilo se estiró un poco hacia la mochila de lw chica y abrió.

-Ahhh- miro la taza y río- una taza con un dibujo de un camaleón.

-Si eso... Te gusta?- pregunto mirando la taza.

-Eso muy linda- la obsevo más de cerca.

-Cambia de color- le dijo.

-Asi?

-Sip...

Camilo observó la taza en silencio un rato más y sintió como la respiración de la chica se volvió más tranquila.

Dejo la taza a un lado y se acomodo mejor, observó el rostro de su chica tranquila mientras dormía cómodamente en sus brazos, dónde debía estar.

Anabel se sentía protejida en los brazos de Camilo, sabía que nada le podía pasar mientras estuviera con el. Camilo era su hogar.

Camilo era su casita.

•𝙴𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘• (Camilo y tu)Where stories live. Discover now