𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑰

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El viento soplaba de manera fuerte, aunque eso a William no le afectaba

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El viento soplaba de manera fuerte, aunque eso a William no le afectaba. Allí abajo apenas había brisa, mientras estuviese entre aquellas paredes de hierro macizo el clima de afuera no le supondría el más mínimo cambio, al menos no directo.

Apalear carbón nunca fue lo que imagino que acabaría haciendo, de pequeña tenía grandes planes, y acabar entre hornos trabajando para poder ganarse el pan de cada día no era uno de ellos. Aunque, si tenemos en cuenta los sucesos que le llevaron hasta ese punto, estaba más que agradecida por encontrarse en esa situación. Apenas era capaz de sostener la pala en alto, hacía horas que su turno había comenzado y el sudor se le empezaba a acumular en la frente.

-¡William!- Gritó el supervisor al verla dejar la pala en el suelo un segundo.

La joven dio un respingo y volvió al trabajo, acomodándose la gorra gris que ocultaba su pelo. Aunque la idea al principio no le hizo mucha gracia se vio obligada a vestirse y a actuar como un hombre si quería el puesto y el refugio que el barco le proporcionaba, en ningún lugar del mundo estaría más protegida del exterior que en ese.

-¡William!- Volvió a gritar el supervisor. Alzó la vista, desquiciada, esta vez no había hecho nada y ya le gritaban.

-Estoy trabajando.- Contestó, lanzó gran cantidad de carbón al fuego, el cual se avivó, devorando el mineral con furor.

-No es por eso.- El encargado se acercó a William, demasiado para su gusto.- Necesito que enseñes el barco y los puestos de trabajo al nuevo.- Asintió y dejó la pala en el suelo, se limpió las palmas contra su camisa, antes blanca y se dirigió hacia la puerta, pero unas manos firmes le pararon el paso.- Y no me vuelvas a contestar, recuerda que pasa si te pasas de listillo.- El encargado le susurro al oído, William pudo notar un deje de alcohol en su aliento.

Con una mueca de asco se alejó y subió las escaleras. No recibió ninguna indicación más sobre donde lo estaba esperando el nuevo, no sabía si era joven, viejo, tuerto... No sabía nada. Pero tenía que ser rápida, antes de que los pasajeros del barco, gente de alta clase, empezase a notar su presencia. Nunca entendería a los ricos, tan superficiales, camino entre unas mujeres, quienes le miraron con disgusto y se susurraron algo al oído. Decidió hacer oídos sordos y siguió buscando al nuevo.

No tardó mucho en encontrar a alguien que parecía fuera de lugar. No era muy alto pero como estaba apoyado contra la barandilla de seguridad, mirando al mar y a espaldas de William podía no aparentarlo pero serlo. Llevaba una gorra parecida a la suya, solo que esta vez marrón en vez de gris, tenía un jersey a juego con el gorro, una camisa blanca por debajo y unos pantalones de un tono marrón parecido. Se aclaró la garganta y se acercó. Se apoyó contra la barandilla ella también, solo que dándole la espalda al mar.

-¿Eres el nuevo?- El chico pareció sobresaltarse y por un segundo creyó que se había confundido de persona.

Genial, una semana limpiando letrinas.

𝑻𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒇𝒊ó 𝒎𝒊𝒔 𝒔𝒖𝒔𝒖𝒓𝒓𝒐𝒔 [𝑮𝒊𝒍𝒃𝒆𝒓𝒕 𝑩𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆 𝒙 𝑶𝑪]Место, где живут истории. Откройте их для себя