I tell you yes

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El sonido de los pájaros cantando despertó a la menor, con sus ojos hinchados y entre cerrados a tientas busco el cuerpo de Myoui la cual estaba con los labios abiertos, completamente dormida hasta roncaba muy bajito típico de ella, sonrió en grande era tan adorable, estaba tan clavada por ella que hasta eso le parecía la cosa más linda del mundo, no había un día en el que no se impresionará con su belleza. Todo en ella la enamoraba y aunque tenía miedo debía seguir adelante, no sabía la razón pero su corazón le pedía a gritos que siguiera con eso que había comenzado.

Esperar por ella hasta el fin de los tiempos si era necesario, estadía dispuesta a mover cielo, mar y tierra como los chicos de las películas cuando se enamoran, acababa de romper una de las tantas líneas que había dibujado entre ambas, ya sólo quedaba una pero no le correspondía a ella romperla, debía esperar a que Mina se diera cuenta de todo lo que hacía por ella para así lanzarse al vacío, a ese hueco interminable que muchos le llaman amor, otros deseo y unos cuantos la cárcel. Era presa de sus pensamientos.

Ya no podía controlar debía tenerla entre sus brazos de manera "formal", siendo novias compartiendo el mismo helado y riendo por sus tonterías, se volvería loca si no la tenía y eso es exactamente lo que le sucedía, cada que iba a clases se quejaba internamente por no verla, siendo así la persona que la vuelve loca, enamorarse así, tan rápido y pasional, nunca le había sucedido hasta ahora y puede que se esté dejando llevar por las ramas del compromiso apresurado, pero aún así desea tener a Myoui como su novia, la única chica en su corazón que no se compara con ninguna otra.

Con lágrimas en sus felinos ojos se acercó y besó su mejilla izquierda con delicadeza, un simple roce que avivó una llama en su interior, sintió sus mejillas arder por la cercanía sobre todo por las circunstancias que las envolvían, ambas desnudas en la habitación de la mayor, lo único que las separaba era una fina tela blanca que no las cubría tan bien como deseaba. Aún así logró dormir plácidamente como nunca antes, este enamorada era tan complicado ya que no sabía si la contraria se sentía igual, tampoco tenía el valor de preguntarle ya que lo más probable es que le diga que no.

Su libre corazón no rechazaría un rechazo de esa magnitud, suspiró sus músculos agotados por lo que sucedió en la noche, algunos huesos crujieron en el momento en el que se estiró, pudo sentir los dedos de sus pies tocando los de la japonesa lo que logró que en su rostro se dibujará una sonrisa risueña, giró un poco el cuerpo y observó el techo, de color blanco sin nada lindo, las luces estaban apagadas y lo único que alumbraba el lugar eran los tenues rayos de sol que se colaban por las cortinas.

Le encantaría cerrar los ojos y seguir durmiendo un poco más ya que se encontraba bastante cansada, bostezó y al instante cubrió sus labios, se sentía como un pequeño bebé que lo único que quiere hacer con su vida es dormir hasta que pase mucho tiempo, invernar no sería una mala decisión el problema es que no están cerca de invierno, no tenía ningún tipo de excusa para no levantarse e ir a preparar la comida además de que era lo que quería. Le encantaba ver el rostro feliz de Mina cuando le pasaba el plato repleto de comida.

Se quejó y trató de levantarse pero unos brazos rodearon su cuerpo impidiéndole moverse, trato de volver a levantarse pero no pudo, su cuerpo estaba siendo inmovilizado por otro detrás de su espalda así que tampoco podía hacer mucho para separarlo,— Buenos días —. Saludó aún con los ojos cerrados, Son rió con ternura por el tono de voz de la mayor, mordió su labio inferior y con mucho cuidado se volteó para quedé frente a frente, sus ojos se conectaron y ambas con sonrisas en sus labios se saludaron, no había necesidad de palabras eso era lo que transmitían.

— Justo iba a ir a prepararte la comida —. Gruñó enojada, parecía una bebé tigresa en busca de comida, he de decir que su estómago ya estaba comenzando a rugir,— Se lo mucho que te gusta que te prepare el desayuno —. Hizo un mohín que fue besado por la chica que la escuchaba con atención, quería reírse pero aún así no lo hizo, de seguro se enojaría y no le gustaría que un día tan hermoso se estropee por una pelea absurda.

— Déjame la comida a mi, ahora quiero estar con mi gran bebé de ojos hinchados —. Las mejillas de la coreana se incendiaron, le encantaba que la hablara de esa manera se sentía amada de una manera tan adorable que lograba hinchar su corazón, tanto o incluso más que sus ojos, suspiró completamente enamorada y fue ahí en medio del abrazo que sintió un pinchazo en su pecho, debiera decirle la verdad y dejar de ocultar lo que sentía pero por miedo su mente le gritaba y le decía que mejor se quedará todo cómo está, porque más cosas cambian cuando en medio del placer se involucra el amor, sobre todo cuando ya estaba estipulado que solo eran eso, amigas con derecho.

Fue una tonta al enamorarse pero era su primera vez, le entrego una de las cosas más valiosas que tenía y ahora le daba su corazón ¿A qué precio?, Si a la final la rompería por miedo a entregarse con la misma intensidad, la incomodidad invadió cada parte de su cuerpo, frunciendo la cejas se separó.

— Tengo algo que decirte —. La volvió a mirar a los ojos, Mina sonrió dispuesta a escuchar todo lo que quisiera decir.— Siento que no debería decírtelo pero ya no me aguanto, llevo semanas sintiendo algo por ti más fuerte de lo que yo pensé y...no sé si tú —. Bajó la mirada, le daba miedo que le dijera lo contrario, sabe lo que es el dolor de un rechazo.

— Yo también estoy enamorada de ti —. Chaeyoung abrió los ojos como platos y no tuvo oportunidad de agradecerle ser sincera porque sus labios se unieron, fue tan hermoso, y cuando las manos de Myoui la envolvieron en un cálido abrazo se sintió feliz y agradeció ser tan curiosa en esa noche en donde el miedo la consumía.

Fin.

𝐃𝐎𝐍'𝐓 𝐒𝐏𝐄𝐍𝐃 𝐓𝐇𝐄 𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓Where stories live. Discover now