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Intento concentrarme, no dibujar más
su rostro pero simplemente mis dedos
buscaban trazar cada facción de la
belleza en su rostro.

—Hyung.

Cerré con nerviosismo mi cuaderno de dibujo al escuchar su voz llamarme y sus pasos acercarse.

—Aquí estoy, Jiminie—respondí.

Sonreí al verlo entrar lentamente a mi habitación oscura, el encendió la luz y me regaló una sonrisa.

—¿Acaso eres un vampiro? Lastimarás tu vista si sigues dibujando en la oscuridad.

Me encojo de hombros.

—¿Quieres que te muerda?—bromeé.

—Si, claro—responde de igual manera, se sentó junto a mí tomando de entre sus manos la libreta y comenzó a hojearla.

Me pierdo observando sus pestañas, su nariz pequeña y sus finos labios color cereza.

—¿Qué tal tu cita?—pregunto antes de que llegue a las hojas en donde sus retratos adornan cada rincón.

—Oh—murmura cerrando la libreta—. Sua es maravillosa, pero odio sus chistes. Son mejores los tuyos.

Me rio ante su comentario.

—Tú odias mis chistes, seguramente los suyos deben ser pésimos.

—Lo son—sonríe, dejando la libreta sobre la mesita y se levanta—. Vayamos a cenar, no comí más que palomitas.

—De acuerdo—respondo y desvío la mirada hacia mi libreta, el único lugar en donde podía mantener firmemente mi amor hacia él. En donde podría dibujar un final feliz, estando juntos.

Al principio fue difícil el vivir juntos, pero poco a poco pude esconder mi tristeza en una sonrisa. Tenía en claro que Jimin es inalcanzable, mi lugar a su lado jamás será el de un amante, solo somos y seremos mejores amigos.

Me aseguro de dejarlo dormido y tomo mi abrigo marrón saliendo de la casa, conduje en mi auto hasta llegar a un bar que útimamente frecuento a menudo. Beber un poco de alcohol me hacía despejar la mente de tantos
sentimientos no correspondidos.
Ocupe el asiento frente a la barra y pedí lo de siempre, la música me era relajante.

—Hola.

Me giré lentamente y fruncí el ceño al ver a un tipo de cabellos negros.

—¿Hola?—pregunté confundido.

—Disculpa si soy muy atrevido, es solo que eres un joven muy atractivo—sonrió, tomando asiento a mi lado.

—No sé que pretendas, pero no busco aventuras de una noche—respondí con molestia.

El extraño sonrió negando con la cabeza.

—Yo tampoco busco aventuras de una sola noche. Busco algo serio.

—Tampoco busco algo serio. Deberías intentar con otra persona—dirigí de nuevo mi mirada hacia las botellas y bebí de mi copa.

—Me doy cuenta. No luces como ese tipo de persona—bebió de su copa y camino lejos de mí.

Fruncí el ceño al quedarme solo de nuevo. Qué hombre más raro. Y cuando al fin pensé que me quedaría solo, él volvió.

—Luces más del tipo romántico—extendió una flor hacia mí sin dejar de mirarme—. ¿No la tomarás? Acabo de robarla de esa mesa—señaló hacia las mesas de en medio.

Rápidamente voltee sorprendido y noté como había ahí un ramo de flores amarillas.

—Eres raro—admití.

—¿Debo tomarlo como un cumplido?—solo asentí y volvió a sonreír entonces pude notar su peculiar sonrisa cuadrada—. Por cierto. Me llamo Taehyung.

—Hoseok—respondí. Y esta vez acepte beber con él a mí lado.

Cuando ames |TaeSeok|Where stories live. Discover now