Capitulo 1

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Corría el año 1859 y en todas las casas se sentía la alegría y de entre los pequeños la ilusión de la llegada de santa Claus.

Hay que admitir que para los pequeños de la casa la navidad es mágica, llena de ilusión, paz, inocencia y amor.

Muchos niños han de pedir juguetes para estas fechas, otros piden algún objeto de valor que tanto han deseado y luego están unos pocos que piden un deseo para el bien de otras personas. Tal es el caso de una pequeña niña que todos le decían por cariño Suika y que su único deseo es que su hermana Kohaku viera con otros ojos al joven heredero Ishigami Senku.

Claro está que algo así era impensable, una simple criada con un prometedor científico y heredero de una prestigiosa familia de renombre. Si bien para todos de aquel entonces se les hacía imposible algo así, en la mente de esta niña inocente no era para nada fuera de lo común.

Así que decidida y a un par de semanas antes de la noche de navidad tomo papel, pluma y tintero y con un trazo algo maltrecho escribió su carta dirigida hacia quien ella creía era el único que podría ayudarla a cumplir su deseo.

"querido santa. Este año Suika ha sido una niña buena,

Suika ha ayudado a su hermana Kohaku en sus deberes como criada en la casa de los Ishigami, y también he aprendido a leer y escribir muchas más cosas por el señor Senku!!

Para este año solo te pido que me ayudes a juntar a esos dos, se que ambos serian muy felices el uno con el otro."

Miro su mensaje un par de veces cerciorándose de que estuviera bien escrito según las lecciones que tomaba en las tardes con el joven Ishigami, conforme con su mensaje sonrió dando una pequeña risilla, doble el papel y en una esquina escribió "para: santa"

Con pasos sigilosos salió de su habitación que compartía con sus hermanas Kohaku y Ruri quienes pronto regresarían para al fin descansar luego de otra jornada de trabajo. Dejo la carta en el árbol completamente adornado del patio trasero. Y con los mismos pasos regreso justo antes que sus hermanas notaran su ausencia.

Fingiendo estar dormida pudo escuchar una breve conversación entre las hermanas mayores.

-Ese bastardo... ¿¡cómo es que pude llamarme leona en frente de todos y con tanta libertad?, Es un miserable! -Vocifero kohaku molesta por el ridículo apodo que el heredero le asigno apenas llego a trabajar a su hogar.

-shh- Ruri quien es la más sensata de las tres le hiso una seña con las manos señalando la cama de Suika viendo que estaba recostada y posiblemente dormida.

-Oh...- Sus labios formaron un circulo al ver lo que por impulso pudo ocasionar perturbar el sueño de su hermana menor.- Perdón, es que no puedo evitarlo... ese idiota desde que llegue a este lugar no ha dejado de llamar así, además de que me toma como conejillo de indias para sus experimentos...-

-bueno, puede que el joven Senku sea, algo complicado de entender. Pero de igual forma hay que estarle agradecidas...-trato decir Ruri pero de pronto fue interrumpida.

-y lo estoy pero no es excusa para sobrepasarse conmigo de esa manera-

Esto era malo, bien sabía que había momentos en los cuales el joven Senku y su hermana no se llevaban del todo bien y parecía ser que esta pelea fue bastante fuerte y si las cosas continuaban así tal vez su deseo no podría ser posible...

"por favor santa, ayudame..."

Ese fue su último pensamiento fugaz antes de al fin caer tendida ante el sueño 

El Juego del Anillo y la CampanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora