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Así comienza una pesadilla.


— Buenas noches a todos los presente, quiero agradecerles de todo corazón que nos acompañen en este día tan especial, el cumpleaños número dieciocho de mi hijo mayor Wang Yibo y el cumpleaños número seis de mi hija menor Wang MeiLeng... Quiero que todos por favor levanten sus copas, porque para mí, el cinco de agosto, siempre va a ser la fecha más importante en mi vida, el día en que mis dos razones para vivir llegaron a mi mundo a pintarlo de colores y llenarlo de risas y amor... Mi Bodi, parece como si fuera ayer que te cargaba en mis brazos para calmar tu llanto, has sido, eres y serás mi más grande orgullo, y a mi pequeña princesa quien también llegó a mi vida a darle luz, desearle lo mejor de este mundo, que no les falte nada, pero sobre todo... que no les falte amor. ¡Un brindis!, por mis hijos — dijo mirando atentamente a los menores.

La mujer levantó la copa en su mano y los invitados hicieron igual, un Yibo de dieciocho la miraba con tanto amor y ojos acuosos. Su madre y su hermana menor eran las únicas personas a las que quería dentro de su vida. Wang RuiQuin entregó el micrófono y bajó de la tarima para acercarse a la mesa donde estaban sus hijos sentados.

— Mamá, sabes que no tenías que hacernos una fiesta tan grande ¿verdad? — habló el mayor con una pequeña sonrisa.

— Verdad mami, Gege y yo hubiéramos preferido ir de día de campo o al parque de diversiones como todos los años.

— La enana tiene razón mamá — confirmó Yibo.

— Ay mis niños... primero, es tu cumpleaños dieciocho Wang, segundo, discúlpenme, pero esta mamá quiere presumir a sus hermosos hijos ante la sociedad — dijo la mujer tirando su larga cabellera castaña hacia atrás.

Esto provocó que los menores rieran y negaran, jamás se cansarían de eso, su madre era única, la piedra más preciosa y más difícil de encontrar.

— Pero enserio quería hacerles una gran fiesta a mis dos retoños, dieciocho no se cumple todos los años

— Tan solo espera a que la enana cumpla quince. Te vas a olvidar que yo también cumplo años ese día — los tres rieron.

Yibo tomó la mano de su madre y la pequeña Mei colocó su pequeña mano sobre la de su familia.

— ¿Los tres contra el mundo?

— Los tres contra el mundo mamá.

— ¡Los tres contra el mundo mami!

Madre e hijos sonrieron mirándose entre sí, solo se necesitaban a ellos tres para estar bien, tan solo un abrazo y sabían que todo iba a estar bien. No necesitaban nada si ellos se tenían entre sí, estaba todo correcto.










Semanas después, Yibo caminaba de regreso a su casa cabizbajo, ese día había ido a despedirse de sus amigos y compañeros de baile. Amaba las artes, sobre todo bailar, sentía que esto lo hacía sentir libre, se sentía volar, y le dolía tener que dejar lo que más amaba hacer, pero más le dolía ver a su pequeña hermanita ser tratada como todo un adulto cuando apenas tenía seis años, le dolía más verla y escucharla llorar porque no quería ir a una escuela para niños superdotados.

《— Papá-

— ¡Esa fue mi última palabra Wang Yibo!

— ¡Pero estás haciendo sufrir a Mei! ¡¿Que no ves que ella detesta estar en ese lugar?! Ella no pertenece allí papá entiéndelo... Mei apenas es una niña y tú quieres introducirla al mundo adulto así de rápido.

— ¡¿Qué acaso no lo entiendes?! Mientras más rápido aprenda todo lo que tiene que ver con el manejo de una empresa será mejor para nosotros.

Yibo apretó sus manos en puño al escuchar las palabras que habían salido de la boca de su padre.

— Entonces lo haré yo.

— ¿Qué?

— La empresa. Yo me haré cargo y me aseguraré de aprender todo relacionado con su manejo, haré todo lo que quieras... Pero deja que Mei viva su vida como una niña normal... por favor papá.

— Bien... qué así sea...

Sacudió un poco su cabeza con la intensión de dejar de recordar aquel momento y con su mano rascó su nuca, soltó un suspiro y acomodó mejor su mochila y siguió caminando, comenzaba a pasar sobre el puente y su vista se fijó en el auto que estaba al otro lado del puente estacionado.

— Se parece... al auto de papá

Caminó un poco más rápido para tratar de ver mejor la matrícula, pero un hombre se bajó de él y el auto aceleró. Confundido, dejó pasar la situación y retomó su camino para llegar a casa. Y, al llegar y abrir la puerta, fue recibido por su preocupada madre.

— ¡Cariño! ¿Por qué llegas tan tarde ah? ¡¿Sabes lo preocupada que estaba?! Ni siquiera me avisaste que demorarías tanto

Yibo le regaló una pequeña sonrisa y tomó las manos de su madre.

— Te dije que tenía que hacer unas cosas mamá... Fui... fui a despedirme de los chicos.

RuiQuin miró con tristeza a su hijo mayor, sabía cuán importante y especial era el baile para él, verlo abandonar su sueño, le dolía en lo más profundo de su corazón.

— Bodi, no tienes que hacer esto, yo convenceré a tu padre, pero tú no puedes abandonar tu sueño, el baile es tu vida.

— Ma... Tú y mi hermana son mi vida, bailar es, es algo que disfruto hacer, pero no puedo ver como mi hermana es obligada a pertenecer a un mundo al que obviamente no quiere estar-

— ¡¿Y qué hay de ti ah?!

— Mamá-

— ¡Es que no es justo Yibo! ¡Se supone que soy yo quien proteja a mis hijos, no que mi hijo me proteja a mí!

Yibo abrazó a su madre y comenzó a acariciar su cabello y espalda.

— Lo sé mamá... pero después de papá, yo soy el hombre de esta casa, también es mi deber protegerlas a ustedes, Mei es mi hermana, y como su hermano mayor, debo cuidarla, aunque eso signifique dejar de hacer lo que quiero, lo haré, haré todo lo que esté en mis manos para siempre ver una sonrisa en sus rostros.

El castaño se separó de su madre y con su pulgar limpió las lágrimas que habían caído en el rostro ajeno.

— Hijo-

— Ya está bien mamá, no peleemos, por favor... Aparte, ya me inscribí a la carrera así que no te preocupes, seré un buen estudiante y me haré cargo de la empresa, verás que estarás orgullosa de mí.

— Tonto, ya estoy orgullosa de ti.

— ¿Ma?... ¿Sabes que eres la mejor mamá del mundo verdad? — la mujer limpió los últimos rastros de lágrimas y rió.

— Hice lasaña-

— ¡Muero de hambre!, hoy almorcé en esa universidad y había lasaña — Yibo negó. — La tuya es mejor ma.

— Entonces vamos a la cocina.

— Mhn — RuiQuin tomó el brazo de su hijo y ambos caminaron a la cocina con una sonrisa en sus rostros.

Mintió cuando dijo que estaba bien, su actuación había sido excelente, era obvio que no estaba bien, le dolía, muy en el fondo le dolía el hecho de saber que había nacido para bailar, pero ya no podría hacerlo, pero todo estaba bien, si su hermana y su madre estaban bien, él estaba bien y era lo único que necesitaba, ya lo demás no importaba.









 Tú Eres Mi Papi  ▪︎  [YiZhan]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora