A solas con él

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- Muy bien, ahora, toma este trozo de tela. - dijo tendiéndome un cacho de tela.

- ¿Qué se supone que debo hacer con esto? - pregunté.

- Vendarte los ojos.

- ¿Qué?

- Voy a tocar el piano para ti.

- Está bien... ¿Pero por qué la venda de los ojos?

- Ya lo verás.

- ¿Confías en mí?

Confío en él. 

Es hora de vendarme los ojos. 

Escucho sus pasos nítidos alejándose de mí. Siguen unos segundos de silencio, acelerando los latidos de mi corazón con anticipación. Entonces, escucho tocar el piano. 

Reconozco la melodía en un instante. Son las mismas canciones las que me han ayudado a superar algunos momentos difíciles y noches de insomnio. Y ahora me lo está tocando. Para mí. 

Es impresionantemente bonito. Estoy en trance, como si me hubieran lanzado un hechizo. Mientras sus dedos revolotean sobre las teclas del piano... está tirando de las fibras de mi corazón, acercando mi alma a la suya.

Y aunque no esperaba que esto sucediera... Tom de alguna manera ha encontrado una forma de entrar en mi mente.

- Tom... es mi canción favorita. Es casi como si supieras... ¡¿Lo sabías?! - exclamé sin que me saliera una frase completa.

- No lo hice. Pero me alegra de que lo sepas. Es uno de mis favoritos.

- Pero Tom... ¿Actúas en algún lugar?

- ¡No!

- Deberías. Tal vez la pregunta más adecuada sería... ¿Por qué no?

- Yo quería ser pianista, en realidad. Pero no puedo tocar para el publico. Llámalo miedo escénico multiplicado por cien. Eso es, uhm, la venda de los ojos.

- Ya lo veo. ¿Es eso lo que te detiene?

- Eso, y...

- Un segundo. - dije mientras sacaba el móvil que me acababa de vibrar.

Anastasia me está enviando mensajes. Agh.

- ¡Vera! - escribió Anastasia.

- ¿Qué? - contesté.

- Estoy aquí en la biblioteca. ¿Dónde estás?

- Voy en camino. ¡Adiós!

Guardé el móvil y seguí la conversación con Tom como si no hubiera pasado nada, ya que no quería quedar con Anastasia en la biblioteca.

- Lo siento por eso. ¿Por dónde estábamos? Ah sí ya recuerdo. ¿Por qué no hiciste una carrera como pianista? Está claro que tienes talento.

- Mis padres quieren que me haga cargo de su clínica veterinaria. Eran migrantes y tuvieron que trabajar muy duro para poner en marcha la clínica. Ahora tienen cinco clínicas en todo el estado. Como soy hijo único, esperan que continúe con su legado

- Oh, eso es muy agridulce. ¿Te ayuda la música a sobrellevar esa presión?

- Ah, totalmente. Es casi como una experiencia fuera del cuerpo.

- Como oyente, también siento eso. Eres tan bueno.

- Gracias. Por permitirme tocar para ti.

- De hecho, eres la primera persona para la que toco el piano en mucho tiempo.

Rivales para amarWhere stories live. Discover now