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El transcurso a la casa del mayor consistió en una pequeña plática y unas cuantas risas.

Tan pronto el castaño abrió la puerta Hyunjin entró corriendo para saludar a sus pequeños nuevos amigos, a los cuales había extrañado mucho a pesar de haberlos visto hace poco.

Los gatitos rápidamente se reunieron junto al pelinegro para recibir mimos, a ellos se les unión Minho ya que él también quería mimos del menor.

El castaño recostó su cabeza en las piernas de Hyunjin reclamando cariño, este no se lo negó y comenzó a acariciar su cabello.

Minho y Hyunjin después de mucho tiempo se permitieron relajarse, sin pensar en nada, ni preocuparse por nada, solo dejaron que el cuerpo contrario les brindara la calidez que necesitaban para despejar su mente por unos minutos.

Sin demorar muchos ambos se quedaron dormidos junto con los gatitos, Hyunjin abrazando a Minho y este agarrando el brazo que lo rodeaba.

No durmieron mucho debido a que Soonie y Dori comenzaron a afilarse las uñas con el sillón de Minho, como consecuencia los despertaron.

Ambos se sintieron algo avergonzados por la posición en la que despertaron pero solo observaron sus tenues sonrojos y apartaron la vista dispuestos a levantarse de esa cómoda pero embarazosa situación.

—Aún es temprano—Comentó Minho al ver que el reloj apenas marcaba las 9:30.

Hyunjin guardó silencio aún procesando el como se habían quedado dormidos y tratando de crear una imagen mental de ellos dos en el sillón abrazados durmiendo.

—Quieres ir a ver la estrellas?—Pregunto el castaño sacando de sus pensamientos al menor.

Hyunjin soltó un simple y bajo "si".

Subieron al techo donde el castaño tenía sillones, cobijas y un mini refri.

El pelinegro tomó una frazada y se sentó en uno de los sillones.

—Pasas mucho tiempo aquí?—Hyunjin sabía la respuesta dado que era obvio debido a los objetos que había.

—Si, me gusta mirar las estrellas—Mencionó el castaño mientras jalaba un asiento para estar más cerca del pelinegro.

Una vez que Minho estuvo cerca de Hyunjin sin dudarlo le compartió de su frazada y lo tapó a él también con esta.

—Sabes, cuando era pequeño solía escaparme a la terraza para ver la noche, la combinación de la luna con las estrellas y la oscuridad me encantaba... Mi madre solía leerme historias para dormir mientras admirábamos el cielo estrellado, de hecho cuando ella me contó que las estrellas morían lloré tanto que amanecí con los ojos hinchados, aún creo que es triste que las estrellas mueran.—Contó Hyunjin.

Hyunjin se quedó un rato mirando al cielo sin decir nada, simplemente recordando como las estrellas y la luna han sido su mejor compañía, aunque claro ahora un pequeño castaño les estaba haciendo competencia.

La mente del pelinegro se quedó vagando en sus recuerdos hasta que su memoria trajo a flote la pregunta que más le aterrorizaba "Qué pasara cuando muera?".

Esa pregunta no iba dirigida hacia el, esa pregunta era para las personas que estaban cerca de él como sus padres y ahora Minho.

Pensar en ellos sufriendo por su partida le destrozaba el corazón, el no quería ver al castaño llorar junto a su tumba.

Sin darse cuanta las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.

—Lindo, qué pasa? Estás bien?—Minho se percató del llanto repentino del menor.

—No quiero que sufras cuando me vaya—Hyunjin comenzó a llorar más fuerte sin poder parar.

El mayor sabia exactamente a lo que se refería.

—Lindo, no pienses en eso, tú estarás bien y yo también, no hay porque pensar en eso ahora—Minho abrazo al pelinegro atrayéndolo hacia él para que liberara todo su llanto.

—Tampoco quiero que mis padres sufran.

—Hyunjin, todo estará bien, te lo prometo—Minho nunca soltó al pelinegro, él sería su roca para que se pudiera mantener de pie—Quieres ir a dormir?—El castaño sabía que no había palabras suficientes que calmaran al menor, sabía que esos pensamientos no se alejarían de él para siempre, pero podría intentar mantenerlos lejos lo más posible.

Minho y Hyunjin se dirigieron al cuarto del castaño para poder descansar y dejar esa fría noche de tristeza atrás.

No hicieron falta palabras para que el castaño supiera que Hyunjin no quería dormir solo, así que lo arropo en su cama y se acostó a un lado de él rodeándolo con sus brazos.

Hyunjin no tardo mucho en dormirse, el cálido cuerpo del contrario lo arrullo para poder descansar.

Minho se quedó abrazando al pelinegro y pensando que daría todo por poder ponerlo en una cajita de cristal para protegerlo de todo y de todos, solo quería lo mejor para Hyunjin.

Al castaño también le dolía verlo llorar, el pensar que su pequeño novio falso se iría le llenaba los ojos de lágrimas, se permitió llorar viendo al contrario dormir.

Para ambos fue una noche melancólica preocupados del que pasara en el mañana aún teniéndose en el ahora.

SOLO UNA VEZ- hyunho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora