| Reencuentro pt 2 |

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Hanemiya Kazutora

El pandillero de mechas rubias se dirigía a la reunión de Valhalla, esta vez en casa de Hanma, al parecer una manada de ratas se apoderó del viejo arcade y ahora tendrían que hacer las reuniones en otro lugar temporalmente.

— ¿Es esta? Se ve muy femenino para Hanma. — Preguntó Baji apuntando a una casa con varias flores en el frente.

Hanemiya asintió. — Dijo que tendría un grafiti de una pichula en la banqueta.— Y apuntó al suelo. Baji soltó una carcajada.

— ¿Recuerdas cuando pintamos una pija en el cuarto de tu viejo? — Kazutora reía por fuera, por dentro tenía una mezcla de emociones.

Y no sabía cómo carajo explicar que lo quería ver muerto.

Hanma salió de la casa. — Ah, ya llegaron, métanse de una vez antes de que alguien más los vea. — El alto vió a los lados y se metió nuevamente.

El par hizo caso, era una casa extrañamente bien aseada y acomodada, con plantas y algunas flores por todos lados, incluso los cuadros y decoraciones eran floreados. Todos se imaginaban que sería un hoyo en la pared con pósters de viejas encueradas (y el nuevo capitán de la tercera división de la Toman en el lugar de sus rostros), todo sucio y con moho, resultó todo lo contrario.

En la sala estaban los más importantes de Valhalla reunidos.

— Terminemos con esto, me enferma ver muchas plantas. — Habló un rubio con cubrebocas.

El alto de mechón rubio palmeó sus manos. — Demos por iniciada la reunión, en como mataremos a Manjiro Sano.

Un rato pasaron hablando de la estrategia, entre bromas de lo que le harían a la Toman y sus miembros, eso hasta que el sonido de la puerta abrirse y unos pasos hicieron callar a todos.

— ¡Shu-Shu ya llegué! — Canturreó y vió a los invitados en su sala y a su querido hermano mayor golpeándose la frente.

Y si, (N) y Kazutora se vieron fijamente a los ojos, la (c/c) sonrió.

Claro, la chica a la cuál había intentado ligar era hermana del psicópata que tiene por jefe.

— ¡Eres tú, el chico del té! — La chica lo tomó de las manos con una sonrisa, el nombrado se sonrojo. — Te busqué pero no te volví a encontrar.

— Eh, si, no tuve tiempo de volver, estaba ocupado. — Kazutora estaba nervioso, no solo por el contactó con la fémina, sentía la mirada de Shuji clavada en su nuca y la mirada pícara de Baji en sus manos.

— ¡Oh, fue mi error, olvidé darte mi número, ten! — La chica rebuscó en su bolso y le mostró su número de celular, el de mechas rubias anotó, claro que con un emoji de florecitas. — Listo, luego me dices cuando vamos por té, ¿Si?

— (N), ¿Qué te dijo Kazutora para que quieras tomar té con él? — Preguntó Hanma, de que le iba a sacar hasta los pecados lo iba a a hacer.

Hanemiya era agnóstico, pero se puso a rezar para que el más alto no se lo verguiara.

— ¡Oh! Se cayó y me confundió con un ángel, luego me dijo que le gustaba el café, pero que le gustaría más tener té. — (N) dijo como si fuera lo más normal.

Hanma le sonrió fingidamente, su hermana claramente no detectaba cuando un zángano llamado Hanemiya Kazutora intentaba tener algo con ella y eso no lo permitiría. — ¿Podrías ir por tu álbum de flores? — La chica asintió con brillitos saliendo de sus ojos y corrió por las escaleras. El alto se volteó al grupo de adolescentes. — Acá termina la reunión, fuera, menos tú, Kazutora.

Tokyo Revengers: EscenariosWhere stories live. Discover now