Mi chico gringo

Capítulo 8

-David- chille emocionada.

Me quito las manos de los ojos, me gire y me lance a sus brazos. Hacía años que no lo veía, de niños éramos amigos, siempre estaba con nosotros. Pero hacía tiempo que no lo veía porque pasaba las vacaciones en casa de sus abuelos.

-Pequeña, parece que me extrañarte.

-Claro tonto- le dije sonriendo- ¿Cómo estás?

-Bien, no mejor que tú, pero se hace lo que pueda.

-Cuánto tiempo sin verte- dijo Hannah levantándose para darle un abrazo.

-Mira a quién tenemos aquí- dijo David observándola de pies a cabeza- a mi segunda persona preferida.

-¿Segunda? - dijo con asombro- ¿Se puede saber quién me robó el primer lugar? - pregunto fingiendo enojo.

-Ese se lo queda la pequeña Zoe - dijo mirándome.

-Mira que eres tonto- dije riendo.

-Ah, bueno puedo aceptar ser segunda en este caso- dijo Hannah.

-No puedo creer lo que están viendo mis hermosos ojos- David dijo con asombro, se acercó a Michael y le tocó la cara- ¿Eres de verdad? ¿O eres una copia de alguien que conozco que decidió que no le importaba una mierda su amigo?  - preguntó molesto.

-No hables mierda hombre. Ven aquí y dame un abrazo. Jesús, te has vuelto más feo ¿Cómo puede ser? – le pregunto Michael.

-Ja, ya veo que has mejorado tu sentido del humor- dijo- Liam amigo, tu sí que me quieres ¿no? - cuestionó.

-Claro, como no voy a quererte.

-Es que soy irresistible- dijo y todos nos reímos.

Conocíamos a David desde el primer verano que pasamos en Valencia y eso hace muchísimos años. Conoció a Michael cuando estaba en una pelea con otros niños y David le ayudo y desde entonces no nos separamos.

-Pequeña necesito hablar contigo de algo importante- me susurro serio David.

-¿De que necesitas hablar?

-Chicos me llevo a Zoe un momento- dijo- me tiene que dar un regalo de cumpleaños - y con esto me cogió de la mano y me llevo hasta fuera del Centro comercial.

-Puedes parar, traigo tacones- le dije.

-Oh, claro.

-Ahora dime de lo que tenías que hablar conmigo- le exigí.

-Ok, vamos a sentarnos - señaló unos bancos - ¿Te acuerdas de Juliana? – asentí - bien, llevamos juntos hace un par de años y la semana que viene es nuestro aniversario- al escuchar esto abrí los ojos- y quiero pedirle que se case conmigo. Pero no sé qué hacer y como tú eres chica y te encanta organizar fiestas y esas cosas, quizás puedas ayudarme.

Me quedé con la boca abierta. Juliana era la chica calla y tímida con lentes, David siempre de metía con ella y terminaba sonrojada de pies a cabeza.

-¿Estás con Juliana? - le pregunté alucinada, el asintió- ¿La misma que me pedía que si tú ibas a un lugar se lo dijera para que ella no fuera?

-¿Hacia eso? - asentí- eso no me la ha dicho. Pero si esa misma Juliana.

-Oh Dios Mío- dije- no me lo puedo creer.

-Ni yo tampoco- negó con la cabeza- ya dejé de preguntarle qué me vio- dijo con una sonrisa- ¿Entonces me vas a ayudar?

-Claro que si- grité- va a ser la mejor propuesta del mundo mundial.

-Gracias pequeña- me regaló una sonrisa- la quiero mucho y quiero darle algo especial.