Capítulo 34

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Punto de vista de Marcos.

—No me vas a perdonar nunca, ¿verdad? —preguntó Alejandra sentada en la cama, mirándome como me vestía y ni siquiera le miraba o le respondía.

Tenía ganas de lo que acababa de pasar, pero realmente aún sigo dolido y no puedo perdonarla.

—Ni siquiera por lo que acaba de pasar. —dijo en un hilo de voz. No respondí, aunque dolía. —Marcos por favor, respóndeme.

Su voz sonó quebrada, dolida como si estuviese a punto de ponerse a llorar, pero la realidad es que esas lágrimas aunque me doliesen a mí no iba a permitir que me hiciese bajar la guardia. Constantemente me recordé a mí mismo que ella me había engañado, y era mejor tenerla lejos.

—mejor me voy. —dijo levantándose de la cama envuelta en una sábana porque estaba desnuda. De repente la idea de que saliera así al pasillo no hizo mucha gracia que digamos.

—No. —dije antes de que saliera, ella se giró a mirarme. —Lo siento, pero no puedo.

Ella asintió apretando la mandíbula. —Eres un rencoroso de mierda.

—Seré lo que quieras, pero el daño que me hiciste no se olvida con un simple polvo, Alejandra.

Cuando pronuncié esas palabras, me arrepentí. Acababa de dejarla por tierra y tampoco quería eso.

—Eso es lo que soy para ti entonces, un simple polvo. Es a eso a lo que he quedado reducida. —suspiró.

—Lo que ha pasado, ha sido por rabia, quería demostrarte que podrá vivir con otro en Paris, pero te vas a acordar de mí siempre.

—Es que ya lo hago, Marcos. Lo hago cada puto segundo de mi vida. ¿Crees que no me duele haberte perdido? ¿Haber perdido la vida que teníamos juntos y todos esos planes que hacíamos? Pues entérate, me fui a París a ver a Neymar enamorada de ti hasta las trancas, y volví, y tú ya no quisiste escuchar. —dijo con sus ojos aguados, pero no le creí una sola palabra.

—No, ¿me vas a seguir viendo la cara de gilipollas, Alejandra? —me pasé una mano por el pelo, frustrado claro. —Traicionaste toda la confianza que te tenia, y al traicionar eso mi amor por ti, murió.

—Pues lo de antes, para ser con rabia había mucho sentimiento.

—El único sentimiento que existe por ti, es rabia, dolor y traición.

—¿y no vamos a hablar de lo que ha pasado?

—No, entre tú y yo, no hay nada más que hablar, Alejandra.

Cogí mi chaqueta de cuero. —porque es algo que no he comentado, pero nos íbamos de fiesta— y salí de la habitación, dejé a Ale de pie, sin decir palabra alguna.

Bajé al Living del hotel, estaban en gran mayoría, Pedri, Jordi, Sergio, Pau, Unai, Gerard... en fin, un huevo de gente, es que somos muchos me da pereza mencionar a todos.

—¿y Ale? —preguntó Pedri cuando me vio. No le respondí no supe que decirle. —Marcos.

—Ahora bajará. —respondí sin más.

—¿Qué le has hecho? —preguntó preocupado evidentemente por la chica que había dejado en mi cuarto.

—¿encima? Me engaña ella a mí y soy yo el malo, no te jode.

—Malo no sé, pero gilipollas te lo aseguro. —el canario salió corriendo escaleras arriba a buscar a Alejandra tras decirme eso.

Pau y Unai se acercaron a mí con mirada amenazante, me estoy empezando a cagar en todo.

OFFSIDE -Marcos LlorenteWhere stories live. Discover now