🦎 capítulo dos:

1.1K 179 17
                                    

Biblioteca...


  ¡Camilo había durado dos semanas exactas en encontrar al chico! Había estado todos los días buscándolo en cada esquina del pueblo sin obtener resultados mientras hacía sus tareas, había estado incluso comenzando a creer que nunca lo volvería a ver, cuando ¡Puff! Lo vió. Estaba entrando en la biblioteca, llevaba un montón de libros en sus brazos como la primera vez. Sin embargo, en vez de ir hacia él, Camilo se quedó detrás de una banca, mirando a escondidas. Estaba esperando a que saliera, no es que estuviera demasiado nervioso para acercarse primero.

—¿Qué haces? —una voz detrás de él le hace saltar del susto, cambiando a varias personas hasta volver a él. Luisa, quien había hablado, se disculpa. No había sido su plan asustarlo, simplemente se había acercado al verle, preguntándose qué hacía detrás de la banca.

—Oh yo, ¡Nada! —Camilo chilla y luego se calma ante la mirada que le da Luisa. —Sólo estaba descansando un poco.

—¿Arrodillado detrás de la banca?

—Así lo hago yo. —Camilo se quejó ante el mini interrogatorio. No es como si pudiera decirle lo que realmente estaba haciendo. Era demasiado vergonzoso.

Y antes de que Luisa pudiera decir algo más, alguien le llama.

Ambos Madrigal voltean a ver, encontrando que era el dueño de la biblioteca. —Luisa, ¿Podrías ayudarme a mover algunos estantes? —él casualmente había salido a estirar las piernas, cuando la vió. Había querido pedirle ayuda desde hace semanas, pero la veía demasiado ocupada en otras cosas, así que no se atrevió a hablarle.

—¡Voy! —ella responde de inmediato, despidiéndose de Camilo antes de trotar hasta la biblioteca. Sin embargo, cuando llega con el bibliotecario, Camilo está inesperadamente a su lado. Luisa le da una mirada curiosa, pero luego sonríe sin darle importancia. Le gusta estar acompañada en sus tareas, y que sus primos pasen tiempo con ella por igual.

El señor Rodríguez le dice a Luisa lo que necesita, lo cual no es mucho y para ella nada, levantando los estantes de libros con una mano. Los organiza en los lugares donde se le indicó, terminando bastante rápido. En todo ese momento, estuvo viendo a Camilo merodeando por el lugar, como si estuviera buscando algo... O a alguien.

—Camilo. —ella le vuelve a sorprender cuando se acerca, pero esta vez no cambia de forma. —¿Estás bien?

—Si, si ¿Por qué lo dices? —el mira a todos lados sin enfocar sus ojos en Luisa, quien frunce el ceño. Más no lo hace por estar enojada, sino para llenarse de valor y hablar correctamente con su primo. Ella no era tan cercana a él como con sus hermanas o Antonio, pero era su primo pequeño y se preocupaba igualmente. Y si, podía ayudarle de alguna manera, lo haría.

—Has estado distraído últimamente. —ella revela lo que todos han notado esas semanas. —¿Pasa algo? S-si quieres, puedes hablar conmigo. —ofrece nerviosa. No sabía si podría ser de apoyo para Camilo, pero podía intentarlo. Al menos podía escucharlo.

Con toda su atención ahora en su prima, Camilo ve lo preocupada y nerviosa que se siente, dándose cuenta de que había estado actuando demasiado extraño como para que todos lo notaran.

—Estoy bien, Luisa, en serio. —él asegura apoyando una mano en el brazo musculoso de su prima, intentando calmarla. —Gracias por preocuparte, pero no es nada grave lo que me pasa.

—¿Entonces qué es? —Luisa realmente quería ayudarlo, pero en ese asunto, no podría. Sin embargo, no quiere preocupar a su prima más de lo necesario, así que le ofrece un poco de información para que no piense que ocurre algo más grande que un simple enamoramiento.

"Sólo se tú" | Camilo Madrigal. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora