Capitulo 60:¿Te apetece?

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Narra Marc:

Tenía los ojos llenos de lágrimas, pero ni por un momento apartó su mirada de la mía.

-Ana: ¿Por qué me haces esto ahora Marc?

-Marc: Porque quiero que empecemos desde el principio…

-Ana: Nunca nos quisimos…-dijo secándose una lagrima que comenzó a caer por su mejilla.

-Marc: No hables por mí.-dije serio.

-Ana: ¿Y piensas que porque me sueltes todo esto ahora, puedo olvidarme de todo?-se me encogió el corazón en ese momento.- Perdonar se puede perdonar, pero olvidar nunca se olvida Marc.

Me aparté del cristal mirando para otro lado, pasándome las manos por el pelo una y otra vez nervioso…ya no sabía qué hacer, ni que decir..

-Marc: Júrame que no lo intentarías de nuevo…-dije quebrándoseme la voz.

-Ana: ¿Y si arriesgo y pierdo?

-Marc: ¿Y si arriesgas y ganas?-suspiró profundamente.

-Ana: No estoy dispuesta a correr el riesgo. Me voy mañana Marc y nada de lo que me digas hará que cambie de idea.-dijo firme y claro.

Se me hizo un nudo en la garganta al escucharla decir eso, la había perdido, ya no podía hacer nada, era tan doloroso tenerla delante y no poder besarla, ni abrazarla. Es verdad eso que dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, porque cuando el ascensor volvió a funcionar y la vi salir por las puertas, sentí como si algo dentro de mí se rompiera en mil pedazos. La había perdido para siempre…y lo que más me jodía es que no podía hacer nada para cambiarlo.

Yo soy de ese tipo de personas que le buscan el lado positivo a las cosas, que cuando se caen en vez de llorar de dolor ríen de lo tonto que ha sido el golpe. Pero jamás pensé que sería posible sentir ese dolor y esas ganas de llorar al ver que lo que más querías, la chica con la que te complementas al 100 %, la chica por la que moverías cielo y tierra si pudieras, ya no estará contigo. Y es que es triste cuando te das cuenta de que no eres tan importante para esa persona, como tú pensabas. Me había pasado toda la noche dándole vueltas y apenas había pegado ojo. Nunca pensé que pudiera llegar a soltar tantas lagrimas por una chica, rara vez he llorado así por algún integrante de mi familia, quizás en algún momento de emoción sí, pero nunca me había sentido tan vacio y solo. En cuanto llegué al bufé por la mañana Santi fue el primero en notármelo.

-Santi: ¿Qué pasa pichilla? tienes mala cara…-dijo pasándome el brazo por los hombros.

-Marc: Nada estoy bien…-dije sentándome en la mesa.

-Santi: ¿Seguro?

-Marc: No he dormido bien, eso es todo…-dije sin mirarle.

-Santi: Has hablado con ella…-dijo, pero no era una pregunta sino una afirmación.

-Marc: Preferiría no hablar del tema…-dije sin mirarle. Y ya no hubo más preguntas por su parte.

El resto del día me la pase en el circuito probando una y otra vez los cambios en la moto. No fue hasta la segunda sesión de la tarde, cuando sobre las 7 y media aproximadamente apareció Pol irrumpiendo en el Box como perro por su casa.

-Pol: ¡¿Enserio vas a dejar que se valla?!-dijo señalándome mientras se acercaba a mí.

-Marc: ¡¿Y qué quieres que haga?!-dije levantándome de la silla enfadado.

-Pol: ¡¡¡¿IMPEDIRSELO QUIZAS?!!!

-Marc: ¡¡¡YA LO HE INTENTADO!!!

-Pol: ¡¡PUES PRUEVA DE NUEVO!!

La casualidad más bonita del mundo. (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora