Jules Berkeley siempre fue una chica abierta a las demás personas, pero todo aquello un día llegó a su fin y la joven término por cerrarse a conocer nuevas personas.
Mientras ella esta en uno de sus peores momentos, conoce a Henry, un joven guapo co...
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—Vamos, deberíamos aprovechar antes de irnos, no se sabe cuando volvemos a venir —insiste Carol por enésima vez.
La fiesta de Henry fue todo un éxito, tanto así que todos nos vinimos a la casa a las seis de la mañana. Carol y Zach estaban un poco borrachos, por no decir que mucho, nos incitaron a bailar toda la noche, Henry por su parte no tomo mucho y yo una que otra vez me tome un trago. No saben lo difícil que fue no tomar demás, ya saben, estoy acostumbrada a emborracharme sin embargo la pase genial.
Antes de volver a Atlanta decidimos pasar unas horas en la playa, todos se han bañado menos yo, ya saben que me da pavor estas cosas. Pero Carol no ha dejado de insistir en que me bañe.
Henry esta a mi lado, esta húmedo debido a que se salio hace unos minutos de la playa y Carol y Zach solo han venido a molestarme.
—Cariño, deberíamos meternos un rato, ademas sabe que no te dejare tocar el suelo —comenta mi novio pasando su mano por mi cintura —.Puedes colocarte en mi espalda —ofrece.
—Ya ves querida prima, no hay mucho de que preocuparse, y no es como que el tiburón que este rondando por ahí vaya a comerte habiendo tantas personas en la playa —bromea maliciosamente.
Carol le da un codazo a su novio y todos comenzamos a reír.
— ¡No ayudas! —lo asesina con la mirada. Este se encoje de hombros
—Vamos Jules, no seas mala —hace un puchero —.Nos quedan solo ¿que? veinte minutos aquí y ya mañana volvemos a la tormentosa universidad —me suplica con los ojos
Sabe que no puedo negarme a esa mirada.
—Vale —levanto mis manos en señal de rendición —.Ya los alcanzamos.
La parejita se va muy feliz.
Henry gira un poco mi cuerpo hasta quedar frente a frente. Esos ojos azules que idiotizan cada vez mas, esos músculos, su pecho...
—Alguien esta pensando cosas indebidas —se ríe por lo bajo.
— ¿Que? claro que no.
— ¿Y porque tu mano baja lentamente por mi abdomen? —me dedica una sonrisa maliciosa.
Aparto mi mano rápidamente, que sin darme cuenta estaba estudiando su bello y precioso cuerpo.
Mis mejillas están lo suficiente rojas como negarlo así que no digo nada.
— ¿Iremos mas tarde a casa de tus padres? —cambio de tema
—Si no haz cambiado de idea, si —agarra uno de mis mechones de cabello y juguetea con el
—Claro —comento con una sonrisa
Este se inclina adelante y pega nuestros labios en un corto beso. Cuando esta apunto de separarse, coloco mi mano tras su cuello e intensifico el beso. Su lengua se encuentra con la mía y comienzan a juguetear entre ellas, sus manos viajan por mis espalda desnuda y se detiene en la parte de arriba de mi bañador.
