Jules Berkeley siempre fue una chica abierta a las demás personas, pero todo aquello un día llegó a su fin y la joven término por cerrarse a conocer nuevas personas.
Mientras ella esta en uno de sus peores momentos, conoce a Henry, un joven guapo co...
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Las estrellas iluminando el hermoso cielo oscuro, todos se acercan para lograr ver el hermoso espectáculo que esta por comenzar, marcando así las doce en punto, dando la llegada del año nuevo.
—Cinco... Cuatro... Tres... Dos... Uno ¡Feliz año nuevo! —todos gritamos al unisono
El cielo estalla de colores, fuegos artificiales lo decoran durante minutos.
—Feliz año amor —Henry besa mi coronilla
Volteo y le doy un largo beso.
—Por un año mas a tu lado —lo abrazo fuerte
El estar entre la vida y la muerte me hizo entender tantas cosas, demuéstrale a los que amas a cada segundo. Recuerdo cuando desperté y lo vi, vi el rostro angelical que logro enamorarme, esa hermosa sonrisa que de una una otra forma me ha hecho saber que no puedo pasar un día sin que no quiera verla, sus besos llenos de ternura y amor, los únicos que quiero probar por el resto de mi vida y no pueden faltar sus abrazos, esos que me hacen saber que cuando estoy a lado todo estará bien, porque así es Henry, un ser lleno de luz y amor que llego a mi vida pintándole hermosos paisajes.
Mi recuperación ha ido de maravilla, mi brazo ya esta del todo bien y ni decir mi cuello, los moretones han ido desapareciendo con los días y los recuerdos son solo eso, recuerdos que ya no llevo conmigo, recuerdos que los deje donde hace años debían estar y no saben lo increíble que se siente volver a respirar, volver a la vida y no es el hecho de estar físicamente aquí, es el hecho de que me siento viva, con muchas ganas de cumplir sueños y con muchas ganas de disfrutar de los que amo.
A veces necesitamos pequeños empujones para lograr ver las cosas con claridad y por muy loco que suene, el accidente me hizo ver lo mucho que quería seguir acá y aunque Marie ya no este, deseo de todo corazón que en el mas allá haya logrado encontrar la paz que no tuvo en vida.
Como ya es costumbre recibir el año en la casa del lago, todos están aquí. La noche ronda entre grandes abrazos, brindis y muchas sonrisas, algo de lo que nunca me podría quejar.
— ¡Jules! ¡Jules! —llega corriendo mi hermana a mi —.Que mi padre quiere quitarme todos los caramelos —se queja llegando con una bolsa de toda clase de dulces
—Oye, con eso superaras los limites de azúcar —se burla Henry
— ¡Katie! mas te vale darme esa bolsa ya has comido demás —mi padre viene casi que corriendo
—Vale, gracias por su ayuda me han servido de mucho —dice con ironía antes de largase corriendo otra vez
—Que no tendrás mi bendición para la boda si no me ayudas a quitarle esos dulces —habla mi padre pasando a un lado de mi prometido
—Ese incomodo momento donde no sabes si caerle bien al suegro o a tu cuñada —ríe antes de salir detrás de ellos
La música inunda todo el patio trasero y las risas estallan cada que hacen chistes. El abuelo Tom no para de bailar con la abuela, unos que otros primos los siguen y no puedo evitar sentir felicidad al ver tan dichas escenas, sin duda alguna son recuerdos que atesorare por el resto de mi vida.
