Constantemente, por siempre: Parte dos

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-Puedo seguir con esto hasta que me canse... y lo repita mañana. Pero no dejaré de insistir hasta conseguir lo que quiera, Samina-Se escuchaba tras una puerta al otro lado de la habitación llena de espectrogramas, masterballs y extraños aparatos cuando los chicos llegaron.

-Ya te dije que las frecuencias...-se escuchó una débil voz femenina que se puso antes de continuar hablando-...aumentaron por culpa de ustedes.

-¡Mentira!-gritó la otra persona al unísono del sonido de una bofetada-¿En serio piensas que me creeré esa historia?

-No me interesa si te la crees o no, Giovanni. Yo ya deje ese tema de los ultraentes para siempre y me niego rotundamente a ayudarte después que me revelaste tus verdaderas intenciones, y eso ya lo sabes-Mientras los intrusos escuchaban la conversación ellos se acercaban lentamente a la puerta para sacar de ahí a Samina.

-Aquí algo que tú también sabes-dijo Giovanni haciendo una pausa-Sabes perfectamente que tengo otros métodos para conseguir lo que quiero...pero hasta que no se de la situación de optar por ellos tendré que soportar tus negaciones-luego de eso se escuchó como algo se caía dentro de la habitación-Y da la situación que ha llegado el momento de usar el plan de respaldo-añadió a la vez que Adrián abría la puerta de par en par y un rayo impactaba directamente en su cuerpo haciendo que flotara por encima del aire-¿Cierto Adrián?

Dentro de la habitación la madre de Lillie estaba con la quijada pegada al suelo, con las manos y piernas atadas por detrás y completamente amoratada y con heridas en todo su cuerpo. A su lado el señor que Adrián y Lillie habían visto en el cuadro de la guarida de la RR solo que con un aspecto más rejuvenecido.

-No imagine que estuvieras aquí. Qué ...coincidencia-dijo Giovanni en tono sarcástico cuando Matori, liderando al resto de comandante aparecieron por detrás del resto de intrusos rodeandolos-Bien hecho a los seis-añadió refiriéndose a Fabio inclusive.

Adrián volteó su mirada a la izquierda para ver que lo suspendía en el aire y vio a Mewtwo usando una gran armadura negra que cubría casi todo su cuerpo. Tenía cuchillas por detrás de su torso, unos aguijones rojos sobre sus hombros y unos cables que los sujetaban a una computadora detrás de él.

-¿Mewtwo?-le preguntó el entrenador al pokémon.

-Lo siento niño, no fui capaz de defenderlos...ni de defenderme-respondió el pokémon.

-Debo reconocer que en un principio creo que casi todas las cosas que fabricaban en Silph S.A. eran estupideces más que inútiles-dijo Giovanni regresando a un escritorio que había en la habitación para tomar un dron con forma de pokeball que había en él-pero este cachivache es más útil de lo que pensé-añadió tirándolo al suelo con fuerza donde, Pokapi, hizo su ya conocido ruido indicando su estado crítico

-¡¿oΔ$♪x¥○&%#?!

-¡¿Qué hizo con todos los pokémon de esa isla?!-gritó Adrián antes de ser amordazado por Giovanni.

-Shhh, ahora sirven a un bien mayor-respondió el jefe de la RR llevándose un dedo a los labios para después alejarse-Aunque no creo que lo entiendan, así que te lo pondré con manzanitas para que saque sus insoportables rostros de mis asuntos-dijo dirigiéndose al resto de presentes-En este mundo, y en los incontables que existen, los poderosos son los únicos que pueden salir adelante...mientras el resto se pudre sin poder hacer nada al respecto-luego volteó a ver únicamente la cara del niño que flotaba en el aire-No querrás ser parte de ese montón de idiotas ¿o sí?

-¡Giovanni dejalo! ¡es solo un niño!

-Tú y yo sabemos que es más que eso-le gritó Giovanni a la presidenta-si quieres que me detenga, ya sabes que hacer. O sí no los siguientes serán tus dos críos

El camino hacia el campeonatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora