Perspectiva pokémon

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-¡Sí, sí y mil veces sí! ¡Nunca más volveré a ese lugar!-Ángel salía del gimnasio de Ciudad Azafrán, vitoreando con la medalla pantano en mano sin pensar que tras la puerta por la que salió se encontraría a toda una masa de integrantes de la RR corriendo hacia las salidas de la ciudad-¿Pero qué cara–

-Deberías cuidar tu lenguaje-le dijo Adrián quien estaba acompañado por Lillie.

-Estoy muy seguro que tu tienes algo que ver con esto-infirió el entrenador de cabello castaño señalando al chico-¿Por qué no me sorprende? Veo que recién llegas a Ciudad Azafrán, pero soy yo el que va en la delantera, así que suerte alcanzandome...Y suerte con la líder, está loca de atar, su batalla casi me manda a un manicomio si es que no a un médico legista.

-Exagerado-comentó Lillie cuando Ángel se alejó a por la siguiente medalla de gimnasio-Estoy más que segura que no será problema para nosotros.

-Tú lo haz dicho-la apoyó Adrián-vamos a ello.

Ambos entrenadores abrieron la puerta del gimnasio y lo que vieron no se lo imaginaron ni por un segundo. El lugar estaba completamente vacío salvo por una plataforma flotante decorada con barras de luces neón, plataforma en la que estaban ubicados.

-Debe ser algo interesante ser salvadores del mundo, dos veces-resonó una voz femenina. Ambos entrenadores estaban-...¿confundidos?. Lo sé, seguramente se preguntaran de donde es que viene mi voz.

-¿Es usted Sabrina?-preguntó Lillie generando un eco en toda la "habitación"

-Así es-respondió apareciendo al centro del campo de batalla junto a un Alakazam. La líder de gimnasio vestía un vestido amarillo con la parte de la falda de al frente al descubierto y unos brazales del mismo color, por encima de sus tacones blancos unas panties cubriendo casi toda sus piernas, un lazo rojo ajustando su cintura y su cola de caballo tras su pequeño fleco estaba justado por un ancho lazo amarillo como casi todo el resto de su indumentaria-Y ustedes son Adrián y Lillie, sabía que vendrían ya que hace tres años tuve una visión sobre su llegada, pero para darle más emoción al enfrentamiento decidí no visualizar el final de nuestra batalla.

-Pues nosotros venimos decididos a ganar y quedarnos con la medalla de este gimnasio.

-Lo sé... pero les advierto, esta batalla no será como ninguna en la que antes han estado-los entrenadores se miraron de reojo sin entender ni media palabra de lo que decía Sabrina-Y empezaremos contigo, querida-añadió señalando a Lillie-Te mostraré la fuerza de mis poderes psíquicos.

Una fuerza indivisible empujó a la chica hasta su respectivo extremo del campo de batalla quien lanzó una de sus pokeballs. Pero cuando el objeto esférico se separó de la mano de la entrenadora la mente de Lillie se nubló y en menos de un paradero se encontraba en el campo de batalla. Se sentía un poco más baja y a pesar de estar muy erguida hacia abajo no se sentía incómoda.

-¡¿Pero qu-

-Sí, así reaccionan las personas cuando las transformó en pokémon-la interrumpió Sabrina quien estaba en el cuerpo de su Mr. Mime hablándole a Lillie quien ahora tenía posesión del cuerpo de Níveo.

-¡¿Estás acaso lo--Lillie fue callada por dos cachetadas por parte de Sabrina quien la miró con una rara expresión por parte de un... una Mr. Mime

-No olvides que esto es una batalla-le recordó la líder de gimnasio antes de palmear frente a sus ojos y ponerla en un corto trance antes de volver a darle dos fuertes bofetadas.

Lillie expulsó desde sus nuevas fauces un viento gélido hacia el suelo antes de redirigirlo al cuerpo de Sabrina. La líder de gimnasio resbaló al estar cegada por la niebla helada, pero aún así pudo contraatacar con sus ojos cerrados empujando a Lillie con sus poderes psíquicos.

El camino hacia el campeonatoWhere stories live. Discover now