Capítulo 1: Mi rey

32 6 54
                                    

—¡Puto el que salga al último de la cancha!— exclamó un chico de mediana estatura, corriendo a toda velocidad fuera de la cancha de juego.

El aroma a sudor y el fresco de la noche era lo único real que podían percibir mis sentidos en aquel momento, mis piernas estaban algo acalambradas y a duras penas podía sostenerme en pie, el partido había sido simplemente arrollador, demasiado para tratarse de un simple partido amistoso. No podía dejarme ganar, mucho menos en ese momento, el idiota de Kevin se creía demasiado por haber estado la mayor parte del juego de básquet tirado en el suelo, por eso estaba tan gordo, además de ser un borracho no podía dar ni un solo partido digno.

—¡Chingas a tu madre, Kevin!— bufé antes de salir corriendo tras de él.

Mi respiración estaba entrecortada, aún no me había recuperado del todo pero no iba a permitir que ese pendejo me llamara puto, no en esta vida. Como pude lo alcancé, algo que estaba demasiado bien para los pulmones dañados de un fumador frecuente, inclusive mi manera de inhalar y exhalar era algo extraña, pero, el objetivo estaba cumplido.

Tome una pequeña botella de agua que yacía en mi mochila, vertiendo su contenido sobre mi cabeza, tanto ejercicio me hacía sentir calor, a pesar del clima fresco. Voltee hacia atrás notando como el más pequeño de mis amigos venía por detrás con expresión de molestia y en condiciones físicas similares a las mías.

—Tilín, eres puto.

—Puto tu abuelo.

—No seas tan delicado Tilín, no tiene nada de malo ser puto, mira al Botas, sus papás son primos y no está enojado por salir deforme.—musité con sarcasmo señalando al acusado

—No mames Alex, ya te dije que son primos lejanos, eres bien ojete.

—Pues doña Rosario no opina lo mismo.- mirándolo de arriba a abajo.

Por un breve momento, todos nos quedamos viendo y al cabo de unos segundos las risas por mi parte no se hicieron de esperar, caminábamos en cansancio mientras por mi mente pasaba el debate entre si deberíamos ir por unas chelas o algunos tacos.

—¿Entonces qué? ¿Pa' dónde vamos?

—Pues cada quien pa' su casa, ¿A dónde más?

—Está bien que seas puto Tilín pero tampoco seas culo, vamos por unas chelas.— tomando al más bajo de nosotros por el hombro apachurrandolo un poco.

—Yo digo que vayamos al nuevo puesto de tacos, dicen que aparte de ricos están baratos, $10×5 — sugirió Kevin señalando por dónde ir —¿Cómo la ven?

—Pues yo jalo.

—¿Te refieres al puesto de tacos que pusieron cerca de unos botes de basura y una alcantarilla?— dijo Tilín asqueado

—Esos son los más deliciosos, mi rey, no le saques.

Estaba tan inmiscuido en la conversación que por un segundo olvide en que calle nos encontrábamos, por suerte me di cuenta de ello a tiempo, jalando al Botas del brazo.

—No mames wey, fíjate, casi te caes por la alcantarilla.— viendo a mi camarada algo preocupado

Con expresión de asombro el Botas miro hacia su lado izquierdo, tomando su celular y encendiendo la linterna dejando a la vista de todos aquel alcantarillado sin tapar.

—A la verga wey, casi te mueres.— dijo entre carcajadas Kevin quien golpeó el hombro del Botas en su casi irónica referencia.

—Wey, olvide que nosotros nos robamos la tapa de la alcantarilla el otro día, pinche gobierno huevón que no es para poner una nueva.— dijo Tilín con indignación.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 17, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Picadura de la cobra gayWhere stories live. Discover now