Zar

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En manos equivocadas
Esta profecía traerá
Tormentos y desgracias
Y el pueblo sufrirá

Oh, pero habrá un hombre
Que a otro hombre amará
Y por ese amor puro
El pueblo sanará

Pero si alguien intenta
Quitar de su camino
Al hombre que engendra
Sufrirá un cruel destino

Por el hombre que engendra
Perecerá el consejero
Que del gran hechicero
Su consorte retenga

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En el tiempo de los zares, hubo uno en particular que era muy querido. Su nombre era Asmodeo Belousov, y era muy conocido por gobernar con justicia, garantizando la igualdad para Alfas, Betas y Omegas.

Era muy querido por el pueblo, y cuando nació su primogénito, al que nombró Magno, hubo una gran celebración.

El bebé, desde que nació, demostró tener un gran poder mágico, y la hechicera del palacio lo notó. Así que en cuánto el niño cumplió los 4 años, con autorización del zar y la zarina, la bruja lo empezó a instruir en el dominio de la magia.

Un día, la magia de la hechicera le anunció que una visión le sería revelada cuando el heredero cumpliera sus 10 años. Ella, de buena fe, avisó al zar, que a su vez ordenó que ese día solo debían encontrarse en el salón real el zar, la zarina, un escribiente y el consejero real.

El día llegó. Magno fue enviado a la cocina, donde le esperaba una sorpresa por parte de los cocineros.

Mientras tanto, Catarina Varshavsky interpretaba una profecía, que era escrita en un pergamino con letras de oro.

Por azares del destino, Valentine Morozov, el Alfa consejero, iba tarde a la reunión, y cuando estaba a punto de entrar, escuchó:

"Sufrirá un cruel destino...

Por el hombre que engendra
Perecerá el consejero..."

Temeroso por lo que eso significaba para él, empezó a planear la manera de envenenar al zar en contra de los Omegas varones.

Y su oportunidad llegó en el cumpleaños de la zarina.

Una gran celebración fue hecha en su honor en el palacio, y al final de esta, el zar fue alertado por su consejero de que se requería su presencia inmediata en sus aposentos.

Y cuál fue su sorpresa cuando, al llegar, encontró a su Beta favorita, el amor de su vida, a su zarina muerta, con una de sus espadas atravesada de lado a lado, y a su hijo de 10 años llorando a su lado.

El consejero le dijo que, buscando a la zarina, había sido alertado por un grito del niño, y cuando había llegado lo había encontrado en esa escena, y había corrido en su búsqueda.

Y cuando el zar preguntó si no vio a alguien más, el consejero le dijo que había visto a un Omega varón escapando.

El zar, cegado por el dolor, dejó que su fiel consejero le recomendara que hacer.

No podía buscar al Omega varón, porque había sido una gran fiesta, a la que habían asistido muchos de ellos.

No podía asesinarlo, porque la mayoría de su población eran Omegas varones.

Su consejero le dijo que tampoco podía dejar ir el hecho, ya que se trataba de una ofensa directa hacia su poder supremo.

Y entonces, como si se le acabara de ocurrir, propuso esclavizarlos, para que así no se revelaran, y vieran al mando de quién estaban.

AU's - MalecWhere stories live. Discover now