Capítulo 7

46 8 3
                                    

(Marc)

Estoy en el aeropuerto de Mónaco por orden expresa de mi mujer porque hoy vienen a visitarnos Pablo y su hijo y su prima Andrea y Xavi Vierge. Ellos nos dijeron ayer que no hacía falta que fuéramos a buscarlos, pero Leli no quiere que pidan un taxi.

Estoy en la terminal esperando a verlos salir por la puerta cuando me llama mi suegro para decirme que acaban de darle la fecha del juicio por la violación. Le doy las gracias por la información y los dos acordamos no decir nada para que Leli pase un buen fin de semana con las visitas.

- ¡Marc! -grita Andrea al verme-. No tenías por qué venir a buscarnos.

- ¿Y aguantar el enfado de tu prima? No gracias. Esposa feliz, día tranquilo -saludo a los chicos y a mi sobrino Aitor y nos montamos en el coche para ir a la villa.

Aitor, que es de la edad de mis hijos, se sorprende por como es Mónaco. Es cierto que se parece poco a Madrid, pero tampoco es tan raro. Aunque me alegro de que le guste.

- ¿Qué pensáis hacer durante el fin de semana? -les pregunto.

- Yo quiero jugar con los primos.

- Ya te tienen todo preparado para no dejar de jugar. Y también vas a conocer al hermano pequeño del tío Fabio.

Aitor se pone muy contento y sigue mirando por la ventanilla mientras nosotros hablamos de los planes del fin de semana y Xavi y yo hablamos del mundial.

En cuanto llegamos a casa todo es una locura. Las chicas se llevan a Andrea, los niños a Pablo y Aitor y nosotros recatamos a Xavi de todo ese jaleo.

- Pues sí que nos echabais de menos -dice Xavi riéndose-. No os preocupéis, que Andrea tenía la misma idea que las chicas. Tienen mucho de lo que hablar.

Hacemos caso a Xavi y nos relajamos saliendo al jardín donde nos sentamos con unas cervezas frías a hablar del trabajo y la familia. ¿Qué típico no? El caso es que podemos estar a nuestro rollo hasta que sale una manada de niños salvajes que quieren meterse en la piscina.

- ¿Habéis preguntado a vuestras madres?

- Yo les he preguntado y han dicho que sí. Aunque creo que ha sido para que las dejemos tranquilas -a Pablo no le falta razón.

- Pues si ya tenéis los bañadores, entrad en el agua con cuidado.

Al final acabamos todos en el agua con los niños y jugando a salpicarnos o nadando con ellos. Por el ruido que hacemos, las chicas salen al jardín y, aunque diría que no se sorprenden, el vernos en bañador sí que les afecta un poco.

- ¿Pasa algo? Nos estáis mirando mucho -pregunta Pol con una sonrisa maliciosa.

- Es que... Pobre Pablo. Lo estáis haciendo sentir mal -contesta Val.

- Chicas, os adoro. Pero no me metáis en vuestros problemas. Los cuerpos de vuestros maridos son geniales, pero no me causa problema. Vosotras estáis cachondas.

- ¡Pablo! -menuda coordinación tienen cuando quieren.

- De Pablo nada. Y ahora, si no queréis bañaros con nosotros, allí tenéis la puerta para entrar en casa -dice antes de irse con los niños a jugar.

Lo que pasa a continuación no nos lo esperábamos. Leticia se desnuda en pleno jardín y, cuando está en ropa interior, se lanza al agua. No reacciono, no puedo. Tener a mi mujer en ropa interior en la piscina no es algo fácil de asimilar.

- ¿Qué tanto miras mi amor? -me pregunta de manera insinuante.

- Estás loca nena, pero me gusta -la beso, pero rápidamente llegan nuestros dos hijos para separarnos-. Vale, vale. Ya dejo a mamá.

Al final acabamos en una especie de fiesta en la piscina. Leticia se fue a poner uno de sus bikinis cuando las chicas fueron a cambiarse.

- Joder con Leli hermanito. Ha querido provocar al personal.

- Alex, Leli no hace falta que se desnude para provocar.

- Pues está buenísima -todos se ríen con el comentario de Pablo.

Paso de lo que dicen los chicos y doy un par de largos en la piscina para no matarlos, pero me interrumpe un cuerpo sobre mi espalda que está a punto de ahogarme.

- ¿A quién quieres matar nene?

- A nadie.

- ¿Pero?

- Pero te han mirado mucho -y, en cuanto lo digo, veo lo idiota que soy.

- Dejemos todo así. No me pongo más en ropa interior en la piscina, pero es que Pablo me ha picado y... yo no puedo perder.

Le pido que lo olvide y nos juntamos con los demás que están hablando de como están el resto de amigos en Madrid y hacemos algún plan para ir a Madrid.

- Quizá vamos a Madrid antes de lo esperado -empiezo a decir-. Ya hay fecha para el juicio contra Kent -Santi me mata.

- ¿Cuándo? -pregunta temblando Leli.

- Luego lo hablamos mi amor.

Cuando llega la hora de comer salimos de la piscina y preparamos la mesa del jardín para comer fuera. Los niños nos ayudan con la mesa y nos ponemos a comer tranquilamente cuando Andrea y Xavi dan la noticia del día.

- Nos mudamos a Mónaco -dice Xavi cogiendo de la mano a su novia.

Todos nos alegramos por ellos y los felicitamos. No teníamos ni idea de que, incluso, ya habían comprado su casa. Está en la misma calle que nuestra villa, así que vamos a poder vernos todos los días.

- Al final me vais a dejar solo en Madrid -se queja Pablo.

- Puedes venir a vivir aquí.

- Claro Leli. Porque yo soy millonario y Mónaco un sitio barato.

A Pablo nunca le ha importado no tener tanto dinero como nosotros, pero echa de menos que no estemos todos juntos como en los primero años. En el fondo, yo también lo echo de menos a veces.

- Cuando quieras vernos, nos avisas y te pagamos el billete de avión.

El día sigue entre charlas y juegos con los niños hasta que Andrea y Xavi nos llevan a la casa que han comprado. A todos nos encanta, pero los niños... Bueno, son niños.

- Prima Andri, esta casa es pequeña.

- No Joel. Es que vuestra casa es muy grande.

- Pues me gusta más mi casa.

Una vida en conjunto (EJDP2)Where stories live. Discover now