Lo que te despertó el día sábado no fue tu alarma, sino la llamada de tus padres. Sentiste que como si te hubieras caído de la cama cuando abriste los ojos; el timbre del celular estaba en el volumen máximo, no habías cambiado eso luego de que Rindou te llamara desde España, por si volvía a hacerlo y no estabas cerca del celular como para percibir la vibración.
— ¿Hola? — contestaste, a penas recobrando la consciencia y recordando qué día era y en qué lugar estabas — ¡Ah, mamá! Buen día, sí... Muchas gracias... Ah, a papá también... Yo igual, sí...
Moviste el celular de tu oreja para ver la hora en la pantalla; eran las 07:40 y se suponía que a las ocho en punto estarías desayunando con tus padres.
— ¿Eh? Sí. Ya estoy por llegar... En diez minutos o menos... Los veo en un rato.
Cortaste la llamada y te fijaste además que tu alarma nunca sonó, ni lo haría, porque anoche en realidad habías tecleado los números en la calculadora.
No tuviste tiempo de maldecir; entraste rápidamente al baño a lavarte la cara y los dientes, y pusiste algunas mudas de ropa en un bolso grande. No pudiste tomarte una ducha, pero podrías hacerlo en la casa de tus papás, en tu vieja habitación.
Para llegar más o menos a horario fuiste en taxi.
Afuera hacía sol y los árboles se veían más verdes a causa de la lluvia de la noche anterior, igual el césped.
Cuando estuviste en casa, tus padres te recibieron con muchos abrazos y besos; pasaron a la cocina que era también comedor. Tu madre había hecho tu desayuno favorito para los tres; pensaste que esa semana tuviste dos desayunos importantes.
Mientras comías, te preguntaste si Rindou y Ran ya habrían empezado con lo suyo.
Del extremo opuesto a lo que era el ambiente que te rodeaba, Rindou estaba presenciando la revisión de los primeros lotes a cargar, casi desde las seis de la mañana. No había podido dormir más de cuatro horas en la noche y aún le quedaba una larga jornada por delante.
El representante de la otra empresa, que ejercía un cargo de alta dirección en su organización, había llevado a tres hombres para la inspección de los equipos más delicados y costosos, aunque ese control ya estaba realizado. Todavía debían hacer lo mismo con las piezas nuevas y luego seguir con el verdadero trabajo, que era la carga y el transporte de todo.
Por su parte, Ran recién se subía al asiento trasero de una camioneta que iba a llevarlo a un puerto distinto, a las afueras de la ciudad, para supervisar otra entrega de menor escala. No quería conducir por si se quedaba dormido; le había tocado permanecer en el depósito hasta después de medianoche, aunque él tuvo la suerte de que a las personas con las que tenía que reunirse tampoco les gustara levantarse muy temprano.
Al terminar tu desayuno volviste a tu cuarto para bañarte, llevaste el champú y acondicionador que tenían un perfume de lavanda. Antes de entrar a la ducha, la llegada de un mensaje en el celular te hizo desviar la atención.
La primera impresión era que se trataba del saludo de algún familiar, pero de todas formas fuiste a echar un vistazo, con una toalla alrededor del cuerpo.
"Feliz cumpleaños."
Era de Ran.
— Gracias — contestaste —. Que te vaya bien hoy.
— Igual a ti. Aunque me podrías enviar una foto para empezar bien el día. Es solo una pequeña sugerencia.
— ¿No deberías ser tú el que me envíe algo a mí hoy?
— Humm... No si voy a darte un regalo la próxima vez que nos veamos.
![](https://img.wattpad.com/cover/294421429-288-k222697.jpg)
KAMU SEDANG MEMBACA
Ran & Rindou Haitani x Reader ♡ [+18]
Fanfiction- Historia ambientada con Ran y Rindou Haitani siendo adultos (Futuro de Bonten). - Los dos personajes son de la obra de Ken Wakui. - Narración en segunda persona y con Reader (lectora) mayor de edad. - Contenido [+18] - Trece partes hasta el momen...