Parte IX

1.8K 85 72
                                    

— Bueno, el especialista ya llegó — comentó sin alzar la vista —. Está por entrar al pasillo. Y tú deberías ir a casa.

— Ese pasillo es demasiado largo...

— Sí, a mí tampoco me gusta — dijo, al fin levantando la mirada para verte —. Pero es por el frío, aunque igual llega hasta la entrada, por una cosa de la iluminación, y para que algún curioso que entre no pueda llegar muy lejos antes de ser visto por una de las cámaras. Ya te habrás dado cuenta de que arriba sigue siendo un laboratorio común y corriente.

Se acercó a ti y se agachó para estar a la altura de tu rostro.

— Bien, ¿nos vamos?

Tú besaste en su mejilla y labios con suavidad; Ran te correspondió por unos segundos.

— ¿Quieres que te acompañe? Hace rato no fui yo porque debía supervisar algo importante, pero en lo que este tipo venga y se cambie te pue-...

Volviste a unir sus labios, callándolo. Él sujetó tu torso para intensificar el beso aunque tu cuerpo respondía tomándolo con poca fuerza.

— No estás cooperando — murmuró sin despegarse.

— Todavía nos alcanza el tiempo... — mencionaste, a la vez que sentiste un deja vú al decir esa frase.

Ran frunció a penas el ceño, extrañado de que no quisieras irte cuando había sido muy claro en que no podía quedarse contigo.

— ¿Tiempo para qué?

Colocaste una mano en su abdomen y tironeaste despacio su camisa, haciéndole cosquillas a él cuando deslizaste los dedos por su cinturón. Te acercaste a su oído para proponerle algo que le hizo mirarte de reojo y que apareciera un rubor leve en sus mejillas; le planteaste lo mismo que Rindou te negó cuando almorzaron juntos, pero Ran había reaccionado menos molesto ante la idea de que estimularas su miembro con la boca.

Dio un suspiro cuando terminaste de detallarle un poco de lo que pretendías hacer.

— ¿Estás segura? — preguntó casi con timidez — ¿Lo has hecho antes? No me importaría ser el primero, pero...

No pudo continuar a causa de los besos que empezaste a proporcionarle en el cuello, hasta donde la tela de su camisa te permitía. Tus manos acariciaban su cintura con sutileza, parecías ir sin prisa pese a que lo que menos tenían era tiempo. La mente de Ran, en cambio, funcionaba con rapidez y sin caer en que fueras capaz de sugerir ese tipo de cosas, auunque por supuesto que lo que pasara allí no iba a salir de aquellas instalaciones nunca. Pese a que él no te hubiera dado su aprobación aún, una de tus manos ya había conseguido desaflojar su cinturón e iba a bajar el cierre de su pantalón, tal vez incluso sin que se diera cuenta.

A ese punto y sin pasar a la verdadera acción Ran ya estaba embelesado, no salió de ese estado hasta que tu cuerpo cayó hacia delante y él te sujetó con total desconcierto.

— ¿Qué dem-...? No puede ser...

A pesar de estar demasiado concentrado en ti, actuó velozmente y envolvió tu torso para que no te vinieras abajo. Enseguida parpadeaste, justo cuando Ran te levantó para sentarte otra vez en la mesa metálica que estaba detrás tuyo.

— ¿Te encuentras bien? Perdiste el conocimiento por un instante.

De nuevo la sensación de que todo a tu alrededor daba vueltas te recorrió. Él creyó que se debía a lo frío y cerrado del ambiente, tú sabías muy bien que en realidad era otra cosa, sin embargo, volviste a mirarlo a los ojos y quisiste besarlo, ignorando la preocupación en su semblante. Rodeaste el cuello de Ran con los brazos.

Ran & Rindou Haitani x Reader ♡ [+18] Where stories live. Discover now