Denso
Debo admitir que Diego me preocupaba, el no solía estar tan callado, condujo todo el camino en completo silencio, no hable ni pregunte nada al respecto, de alguna manera comprendía que su prima estaba en una camilla y su primo sufriendo por ver a su hija en ese estado.
No puedo decir que sé lo que siente el profesor en estos momentos, los hijos siempre serán el centro del mundo de sus padres, siempre velaran por ellos, y si no lo hacen definitivamente serian malos padres, un padre siempre será capaz de sacarle una sonrisa a sus hijos, siempre lo harán todos por ellos, y a pesar de las dificultades tu como hija o hijo más adelante dirás que tuviste buenos padres que siempre te dieron todo, y no materialmente, te dieron amor, tiempo, felicidad y comodidad.
Yo puedo decir ahora que soy un poco más madura, que tuve buenos padres en mi infancia, las cosas se salieron de control cuando mi madre cambio, pero mi infancia en general fue buena, mi adolescencia tubo muchas fachas, la falta de tiempo de mi madre me afecto pero mi padre siempre estuvo ahí, en cada momento, sin importar la distancia nunca se olvidó de mí y siempre tenía una llamada por día de él.
Así que... Si, tuve buenos padres.
Mis hermanas son otro caso muy distinto al mío.
Diego me deja en la puerta de mi casa, se despide con un beso en la mejilla y se va, arrugo un poco la cara mirando por donde se fue sin aun entrar al apartamento, deben ser las 2 de la madrugada, ya debieron llegar los chicos.
Busco la llave en mi bolso y justamente cuando voy a girarla para abrir la puerta un ruido se escucha del otro lado de la madera.
— ¡No contesta! Te dije que no la soltaras, a ¿dónde mierda te fuiste? —uhh, creo que Andrea está enojada.
Es mejor que entre, en estos pocos días me he dado cuenta que jugar con el genio de Andrea no trae cosas buenas, lo único que te traerá será una buena bronca.
Empujo la puerta, en ese momento todo se para, tres pares de ojos me miran, unos sorprendidos, otros aliviados y otros asustados.
Andrea, Jota y Tim.
Están mirándome como si me hubiese salido algún tipo de anomalía en mí.
— ¿Qué pasa? Escuche gritos afuera.
Cierro la puerta tras de mí y dejo mi bolso en perchero donde están los demás.
—Apareciste—chilla Andrea lanzándose encima mío—. Pensé que te habías perdido, te busque por todas las facultades, en todos los lavados y no aparecías ¿dónde estabas?
Recordar el motivo por el cual me fui de la universidad me causa un sinsabor en la boca del estómago, son cosas que no se superan de un día al otro por más capaz que te creas.
—Se me presento un inconveniente, disculpen por no avisar, Diego me fue a buscar y pasamos un rato afuera. —espero y mis palabras los tranquilicen.
—Mujer menos mal y apareciste, estaba a punto de ser rostizado por la bruja. —señala Andrea que lo fulmina con la mirada.
—La próxima avisa, de por sí que soy nervioso y saber que una amiga no aparece en esta sociedad tan de mierda, casi me da un paro. —Tim siempre siendo Time se pone de pie de mueble y se une a nosotros.
En momentos como estos nos damos cuentas de quienes son las personas que realmente nos aprecian, no necesitan saber mucho de ti para siempre estar al pendiente y brindarte una mano.
Los tranquilizo, les cuento que me tuve que ir por un problema, más adelante cuando yo me lo crea del todo se los contare.
—Creo que ya se trasnocharon mucho, lo mejor es que nos vayamos a dormir, Tim puedes quedarte si quieres.

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Un mar con letras de amor
Teen FictionCuenta una leyenda que para encontrar el amor es como el mar, extenso, peligroso, aveces turbulento, por eso mucho temen al amor, así como muchos temen al mar. Justin y Keisy no eran la excepción, pero ellos amaban el mar y la vida los hizo odiar e...