💉Inyecciones y paletas🍭

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Aquí estaba la parte más difícil de un demonio, convencer a su amo que se haga un chequeo médico.

No es de extrañar que Ciel es delicado de la salud, es enfermizo en épocas de frío y su asma y alergias tampoco ayudan.

Por eso el señor Tanaka insistió a Sebastián de llamar al médico de la familia por el chequeo ya que se preocupaba por su salud. Tanaka a escuchado a su amo estornudar y toser en ocasiones, y como se acerca el invierno el ambiente frío le hace mucho daño.

Sebastián compartía su preocupación que programó una cita con el doctor de inmediato, pero nunca supo que dentro de ese cuerpecito había tanta energía para negarse.

- No! No lo haré! Sin doctor! - gritaba el conde a  Sebastián, se negaba rotundamente que lo revisarán, odia a los doctores, médicos y enfermeras. Odia los hospitales y estar enfermo, odia todo relacionado con la salud.

Sebastián tiene más de una hora tratando de convencerlo y su paciencia se agotó a tal punto que tomo su brazo y lo arrastró hacia él, en un movimiento que ni Ciel vio Sebastián le dio tres nalgadas fuertes.

- si harás ese chequeo y punto! Me tienes arto por tu berrinche ridículo! - grito Sebastián que retumbó en las paredes su voz y su poder demoníaco.

Ciel se quedó estático por un momento procesando lo ocurrido, no solo vio con horror que su mayordomo lo azotó como cuando era más pequeño si no que también le grito, y eso sumado por dolor en sus pompitas y el susto que se llevó fue fácil para él romperse.

Sebastián veía como su pequeño amo empezó a temblar, luego lo escucha sollozar para luego verlo llorar a lágrima viva.

El llanto era como si al niño lo hubieran quemado, lastimero, con miedo a recibir otro, el demonio se da cuenta que se pasó con el pobre no solo lo azotó, le grito y dejó que el enojo y el poder se mezclacen asustando al pobre niño. Con arrepentimiento Sebastián abraza al niño y lo carga en sus brazos paseandolo por toda la habitación sobandole la espalda, le susurra palabras dulces impropias de demonios hasta que el pequeño se calma y solo resoplaba por la nariz.

- perdóname - dice Sebastián viendo que el niño no alza la mirada - no debí gritarte de esa forma y mucho menos perder los estribos pero debe entender joven amo, que estoy preocupado por su salud hasta Tanaka está igual y queremos lo mejor para usted, por eso es necesario el chequeo.

- pero...- dice Ciel bajito mirando y sujetando el chaleco de Sebastián- no quiero agujas...

El demonio alza una ceja para luego comprender, el pobre estaba asustado por las inyecciones y es comprensible y hasta tiene sentido cuando vio su cara palidecer cuando mencionó la cita.

- no se preocupe joven le aseguro que no habrá agujas

- lo prometes?

- lo prometo.
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No fue hasta que casi finalizó el chequeo de la mañana siguiente,el doctor de la familia casi finalizaba con la revisión de Ciel, Sebastián nunca se apartó de su lado y miraba orgulloso de cómo Ciel estaba haciendo el chequeo sin quejarse y mostrar un porte adulto y maduro.

Hasta que salió la fulana aguja.

La cara de Ciel palideció por completo y Sebastián ya no podía hacer nada, su promesa se fue al carajo.

- solo le colocaré una inyección para fortalecer el sistema inmunológico, su salud es delicada Conde y más si ya viene la temporada de invierno - dice el doctor preparando la aguja pero ve al niño temblar ligeramente pero tenía la cara sería mirando a su mayordomo de reojo pidiendo ayuda, se estaba haciendo el valiente pero el doctor sabe cómo arreglarlo. Le da un mirada al mayordomo- disculpe podría abrazar un momento al conde con su permiso claro.

Sebastián solo asiente y se sienta junto a Ciel, el conde solo siente unos brazos rodearle y ser ligeramente cargado hasta el regazo de Sebastián.

- por favor su brazo izquierdo - dice el doctor

Sebastián desabotona un poco la camisa del niño revelando el brazo, Ciel se resistía un poco pero aún trataba de demostrar ser un adulto y no tener miedo...pero esa aguja se veía enorme!

El doctor limpia la zona del brazo y prosigue, le da una mirada al mayordomo para que lo sostenga y una al conde de manera de disculpa.

- bien aquí voy pero antes de inyectarle ¿Que es eso de ahí? - dice señalando un lugar fijo

Cuando el niño voltea con esa distracción el doctor lo inyecta.

Ciel confundido por esa distracción siente el dolor de aguja en su bracito. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su labio temblando pero aún así se lo mordió para que no se le escapara el llanto.

- listo! Y como fuiste bueno te tengo esto - dice el doctor sacando una paleta de su maletín  para luego retirarse deseando una feliz mañana.

Sebastián le agradeció para luego atender a su amo.

- no fue tan malo no ?

- S-Sebastian...sniff...buuu...

- oh no...mira la paleta! Mira la paleta! Es de fresas!

Pero solo se pudo escuchar el llanto elevado de Ciel.

Las paletas no sabían bien hoy.

Pequeño CondeWhere stories live. Discover now