PARADA

565 36 1
                                    

Pip. Pip. Pip... Es el sonido de una de las máquinas que está concetada a Draco, indicando su pulsación.

Pip... Pip, Pip... Pip... Pip... Pip.

De pronto, silencio. El sonido ha dejado de sonar y tardo unos segundos en darme cuenta de lo que significa: Draco está muerto.

De repente, la puerta se abre de par en par para dejar entrar a un montón de médicos y enfermeras que vienen a socorrer a Draco. Yo no escucho nada porque de la conmoción, es como si me hubiese dejado sorda. Alguien me grita, lo sé por el gesto que hace con la cara, pero yo no le escucho. Estoy llorando y lo veo todo borroso. Como puedo, echo un vistazo a Draco, pero ya no lo veo. Está rodeado de médicos.

Alguien me coge del brazo y me saca de la habitación. Me doy cuenta de que es Narcissa por cómo huele. Ella también está llorando. Narcissa me abraza fuertemente para llorar las dos juntas.

————————

— ¡Ha entrado en parada! —es lo primero que oigo cuando me recupero—. ¡Vamos!

Narcissa y yo esperamos fuera, cogidas de la mano, sentadas en un par de sillas. Por el pasillo, al fondo, veo que se acercan mis padres con cara de preocupación. Cuando mi madre me ve, comprende enseguida que algo malo ha ocurrido. Comienza a correr y cuando se coloca enfrente de mí, me acaricia las mejillas con sus manos mientras me pregunta:

— ¿Qué ha ocurrido?

Pero no soy capaz de contestarle. No soy capa de decirle que Draco, probablemente esté muerto. No. Está muerto. Lo he dejado muerto en la habitación. Dios, tengo que volver.

Me levanto de un golpe dispuesta a volver junto a mi marido pero la mano de Narcissa me lo impide. Me giro para dedicarle una mirada de reproche pero ella dice:

— Es fuerte. Se recuperará.

Me alegra saber que por lo menos tiene esa confianza de la supervivencia de su hijo que yo no tengo.

Me siento de nuevo en la silla mientras doy rápidamente golpecitos con el pie en el suelo. Debo no pensar en Draco. Se va a salvar, lo sé. Es fuerte. Narcissa tiene razón.

— ¿Y Olly? —le pregunto a mamá intentando cambiar de tema para no pensar en Draco.

— Jasper se ofreció voluntario para cuidarlo esta noche.

— Deberías haberlo traído —digo de pronto—. ¡Deberías haberlo traído! —repito, cada vez con más mal humor y con más rabia—. ¡Su padre se está muriendo! ¡Podría ser la última vez que lo viera!

De repente, noto un pinchazo en el brazo. Es una enfermera, que me está metiendo una jeringuilla con un líquido transparente en ella.

— ¿Qué hace? —le pregunto, claramente molesta.

— Es un calmante.

Ahora comprendo, porque empiezo a verlo todo borroso y mis fuerzas y ganas de gritar se desvanecen. De pronto, lo veo todo negro.

MALFOY AND ME 2Where stories live. Discover now