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Dos niños se encontraban sentados en las hamacas de un parque.
La vista es familiar para ambos. Crecieron entre esos árboles, después de todo. Pasaron la gran parte de sus cortas vidas jugando a ser héroes, a las escondidas, a corretearse por toda la cuadra hasta cansarse.
También, con el paso del tiempo, su confianza entre sí fue en aumento: de desconocidos que fueron obligados por sus madres a jugar juntos a los cuatro años, hasta el punto de ser inseparables personas que se contaban de todo, probablemente ajenos a todas las cosas malas que podrían suceder entre ellos, como engaños, mentiras, o falsedad. Elementos casi infaltables en relaciones actuales.
Y, por más que no se lo dijeran el uno al otro, apreciaban que eso hubiese transcurrido así, porque su amistad era muy bonita.
—Vete a la mierda, Deku.
Aunque existían ciertos... Detalles.
Sin embargo, aún con todo el cariño que ambos se tenían, ninguno le había otorgado "ese" título al contrario.
Ninguno había llamado al otro "mejor amigo".
—¿Qué haces Kacchan?
El infante de ojos rojos tenía en la mano una goma de borrar y raspaba una hoja de cuadernillo con ésta.
—Voy a eliminar tu cuarto de nuestro hogar —responde—. Tú y yo dormiremos en un solo cuarto, juntos, y el otro lo dejaremos para las visitas. Sino tendríamos que buscar un departamento con tres habitaciones, y eso sería muy costoso.
—Entiendo —murmulla el menor—. Espera... ¡¿D-dormiremos juntos?!
Katsuki suelta un "tch", y lo mira.
—Sí, pero no en la misma cama, tonto.
El menor suspira con alivio. Ya muy malo era compartir cosas pequeñas con Katsuki(especialmente, golosinas), no se imagina qué tan tedioso debería ser compartir cama.
—Bien, entonces el plano ya estaría completado, ¿cierto?
—Ujum. Ahora sólo falta la decoración —dice—. No elijas cosas muy escandalosas, porque sino descartaré el diseño a la mierda.
Izuku niega con una sonrisa mientras recibe el dibujo en sus manos.
—No te preocupes, tampoco quiero que nuestro departamento esté muy sobrecargado. Lo más extravagante serán las torres de juegos para Mai.
—Bien.
Izuku dibuja algunas plantas pequeñas, cuadros, muebles, el cómo acomodarían su habitación. Katsuki, de metido, observa de reojo lo que su menor agrega.
— Kacchan... ¿Estás seguro de esto? —pregunta con un puchero en sus labios—. Por ahí es muy precipitado pensar en estas cosas. Tenemos diez años apenas, no sé si un proyecto de ésta magnitud se sostendrá hasta que seamos adultos, y la verdad no quiero-.
—Deku, mírame —le ordena al pecoso, quien alza la mirada algo asustado por el tono de su amigo—. ¿Tengo cara de trabajar en algo por tanto tiempo para luego tirarlo a la maldita basura?
—N-no, Kacchan.
Katsuki empieza a guardar sus cosas en una mochila amarilla, con una imagen gigante de All Might al frente.
—Exacto. Nos volveremos héroes, encontraremos nuestro departamento, y viviremos allí junto con nuestra gata. Es un hecho.
El menor observa con un brillo intenso al contrario, emocionado. Siempre había admirado su determinación y su audacia, valores que, a él aún le costaban conseguir.
—Entonces, hasta mañana Kacchan —responde, mientras se baja de la hamaca y toma su propia mochila, idéntica a la de Bakugo—. Acuérdate de que esta semana te toca a ti cuidar de Mai.
—Sí. Tráela mañana, cuando vengas a cenar a casa.
Izuku dió unos pasos en dirección a su hogar, pero se detuvo en seco. Katsuki lo observó extrañado desde los columpios.
El pecoso se dió vuelta, y en menos de cinco segundos ya se encontraba abrazando a su amigo. El rubio abrió los ojos y empezó a gritar cosas como "¡suéltame maldito!"," "¡sábes que detesto el puto contacto físico, mierda!", "¡tu pelo me está entrando en la nariz!".
—Te quiero, Kacchan.
Bakugo se calló. Quedó inmóvil, ya que su mente estaba en blanco por aquellas palabras.
Sinceramente, no sabía cómo reaccionar.
Su mano aterrizó en el cabello alborotado de Midoriya con la excusa de que quería que éste dejara de picarle la nariz, y le dió un par de palmadas a la zona.
—Ya está, ya está —le dice, alejándose medio a la fuerza—. Hasta mañana.
Izuku sonríe y corre de nuevo en dirección a casa.
— ¡Adiós Kacchan!—le grita mientras saluda.
Ambos se separan, ansiosos de que llegue mañana para encontrarse de nuevo y jugar toda la tarde. Claro que, uno lo demuestra entrando a los saltos a su casa, y otro con una sonrisa poco común en sus labios.
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Bueno, este es un drabble para @-IceTea_ , mi introvertida fav, con quien cumplo un año de amistad<3 Te quiero muchísimo cosita ;; espero que lo disfrutes uwu.
