Iniciación (XV)

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Terminado el prologo, comprendí el cómo y cuándo el libro adquiría el carácter de legible. Advertí el anonimato del escrito, el cual estaba plasmado en letra imprenta. Avancé un par de páginas y noté para mi sorpresa un párrafo documentado en manuscrita en la fracción superior.

Iniciados e iniciadas del arte onírico y el dominio de los sueños. Este manual de prácticas y enseñanzas, es y será la guía para futuras experiencias de ensueño. A su vez enciclopedia de conceptos y recomendaciones para resolver dudas y buscar respuestas a interrogantes astrales.

Mientras concluida el apartado introductorio del capítulo de Iniciación. Escuché el crujir de la ventana contra el marco, cerrándose lentamente. Este suceso me hizo suspirar y salir de mi absorta concentración en el documento. Mi impaciencia me hizo revisar nuevamente las páginas posteriores, pero nuevamente me halle con un fondo blanquecino. No comprendía el porqué y cómo de este funcionamiento casi mágico. De seguro habría una explicación lógica. No volví a insistir en buscar más allá de estos papeles. El viento lejos de amainarse volvió más violento entre silbidos a hacer impactar la ventana, causando un estruendo que retumbo en mis tímpanos.

Proseguí la lectura, minucioso en cada detalle y palabra. Y como primera recomendación y casi de manera imperativa para adquirir poder en la disciplina. Mirarse las manos en el estado de ensoñación; esto con la finalidad de tomar conciencia y orientarse en situaciones ilusorias. Mi habitación oscura bajo la luz del satélite lunar y el leve movimiento de las cortinas me acompañaban. La iluminación era adecuada para leer. Mis grandes ojos ya cansados juntos a mis exhaustos parpados comenzaban a cerrarse en contra de mi voluntad de querer seguir leyendo. Despertando así una y otra vez de aquel letargo, de forma repentina y a pequeños sobresaltos. Finalmente creí haber caído hipnóticamente en un sueño.

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