Recuerdos.

187 18 21
                                    

Ya habían pasado algunas semanas y me encontraba mucho mejor. Las costillas de vez en cuando dolían pero se estaban curando favorablemente gracias a los cuidados de la doctora Takemi. Me puse rápidamente al día con las clases y el trabajo; y lo más impresionante, Akira y yo habíamos tenido una etapa de paz.

Quedábamos cuando podíamos, a veces solos y otras con su grupo de amigos, no discutíamos desde hace un tiempo y, aunque me costaba creerlo, siento que le estaba haciendo feliz.

Sin embargo, era momento de centrarnos con la reformación de Sae y eso nos iba a traer algún que otro desacuerdo. Así que decidí prepararle una cita inolvidable a Akira antes de comenzar esa misión.

Era el día libre de ambos, así que fui a buscarlo al Leblanc antes incluso de que abrieran, él me estaba esperando con el desayuno preparado y la cara de ilusión de un niño. Una vez habíamos desayunado, comenzamos nuestra ruta.

- ¿Dónde vamos primero? - preguntó ilusionado.

- Déjate sorprender - respondí.

El primer paso era la estación. Una vez en el centro, me dirigí al andén de metro dónde todo había comenzado. Coloqué a Akira apoyado en una de las columnas y yo me alejé dos pasos. Mientras tanto, él me miraba desconcertado.

- Aquí empezó todo, ¿sabes? Ese día, fue la primera vez que te vi. Estabas ahí, apoyado como te acabo de colocar y yo estaba esperando el metro. - comencé a hablar - Miré en tu dirección y pensé "qué chico más desaliñado" - bromeé, aunque era totalmente cierto.

- No recuerdo eso... - dijo con algo de pena.

Me acerqué y le agarré de las caderas, intentando obviar dónde nos encontrábamos.

- Yo sí. A partir de ese día, comencé a verte más a menudo y si alguien me hubiera dicho lo que ibas a significar para mí, no me lo habría creído.

Kurusu sonrió y agarró disimuladamente mi mano. Observé que se había ruborizado completamente y que incluso se le había acelerado un poco la respiración.

- Ahora, siguiente parada - dije agarrando su mano firmemente y tirando de él.

Lo llevé a los recreativos.

- Aquí tuvimos nuestra primera "cita", - le dije - te gané a unos cuántos juegos y me di cuenta de que había algo más entre nosotros, aunque no lo quería admitir en ese entonces.

Akira abrió los ojos de par en par.

- ¿Desde ese entonces sentías algo por mí? - preguntó sorprendido.

- Sí, - confesé - ni siquiera sabía que me podían gustar los hombres por ese entonces, más bien, no sabía que me podía gustar alguien, era algo que nunca había experimentado.

El chico frente a mi empezó a jugar con su pelo, con cara de felicidad e inocencia. Estaba disfrutando de lo que estaba oyendo y del tour por el baúl de los recuerdos.

Ya era la hora de comer cuando salimos de los recreativos así que tocaba cambiar de lugar y lo llevé al Big Bang Burger.

- Vine aquí por primera vez contigo, - dije después de pedir dos hamburguesas y unas patatas fritas para compartir - esa noche nuestras manos se rozaron al coger la carta y nos sonrojamos. Éramos dos idiotas... - bromeé.

Cogí su mano y le di un beso en el dorsal de la misma. Kurusu no cabía en él de felicidad, se le notaba a la lengua que estaba disfrutando del momento.

- Me sorprende que te acuerdes de todo eso, Goro... Eres increíble.

Las hamburguesas llegaron y competimos en ver quién se la acababa antes. Esta vez le tocaba ganar a él, en lo único que era mejor que yo era devorando comida basura. Al acabar la pequeña competición y salir del local, me miró esperando saber la nueva dirección.

From Enemies To LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora